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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
4
Comedia Hugo y Braulio, dos jóvenes con formación universitaria, hartos de no encontrar ni trabajo ni futuro en España, deciden emigrar a Alemania siguiendo los cantos de sirena de un programa de televisión tipo "Españoles por el mundo". Pero pronto descubrirán que sobrar en un sitio no significa ser necesario en otro, y que perseguir el sueño alemán puede tener mucho de pesadilla. (FILMAFFINITY)
5 de abril de 2016
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En un país donde hacer chistes, chascarrillos y sátiras viene prácticamente en nuestro ADN, no iba a tardar mucho en aparecer una comedia sobre la situación actual de un país que pasó en poco tiempo de estar en la Champions League a la cola de Europa. Aún cuando los políticos patrios sacan pecho insistiendo en la recuperación, de momento ni está, ni se la espera. Pero es historia para otra película. Si es que se hace.

Nacho G. Velilla responsable de dos de las series televisivas más exitosas de los últimos años como "7 vidas" y su "spin off" "Aida", y que ya se ha atrevido con dos largos ("Fuera de carta" y "Que se mueran los feos"), ha sido de los primeros en recoger el guante al tratar en tono cómico la emigración de jóvenes a Alemania en busca del futuro que su país no puede proporcionarle.

Los protagonistas del film son Hugo (Yon González) y Braulio (Julián López) dos exponentes de lo que un día se denominó JASP (Jóvenes aunque sobradamente preparados) que pese a que adornan las paredes de sus habitaciones con licenciaturas, doctorados y masters diversos, se encuentran en la calle y, atraídos por el "efecto llamada", que en este caso es un conocido programa televisivo ("Españoles en el mundo"), deciden hacer las maletas y marchar a Alemania. Nada más pisar suelo teutón, chocarán con una realidad bien diferente.

El film, podemos decirlo ya, es bastante justito tirando a regular (incluso malo). Velilla salpica el relato de todos los tópicos habidos y por haber, con un guion justito, situaciones que sólo en determinadas condiciones nos harán reír, ayudado además por un reparto lleno de caras conocidas de obras anteriores, como Javier Cámara, Carmen Machi, Miki Esparbé, algunos rostros de mayor actualidad como Blanca Suárez y la presencia de José Sacristán, del que muchos se preguntarán que pinta aquí (la respuesta más abajo). En definitiva se trata de un producto de consumo inmediato que en ningún momento disimula su dependencia televisiva.

A pesar de lo dicho, si por algo merece la pena su visionado es por algunos pequeños detalles. En primer lugar, Nacho G. Velilla sabe dar un tono cómico (cuando no esperpéntico) a ciertos aspectos de la forma de ser del español medio. Su éxito televisivo se debe en buena medida a retratar personajes muy pagados de sí mismos que enmascararan sus miserias con eufemismos que suenan bien al oído ajeno, un cuidado excesivo en guardar las apariencias y una ignorancia mal disimulada que nos lleva a emprender empresas imposibles sin tener el más mínimo conocimiento. Puede parecer un error de guion que dos jóvenes con estudios se líen la manta a la cabeza y se marchen a un país extranjero a pecho descubierto sin conocer siquiera su idioma, pero apuesto a que en la vida real más de uno (y más de dos) lo ha hecho en la vida real.

En segundo lugar, y lo que es el principal acierto del film es la presencia de José Sacristán, que interpreta a un emigrante de los años 60, que disfruta de su jubilación en Alemania y que aporta la verdadera visión de lo que aquí se presentó en su momento como algo positivo pero cuya realidad fue mucho más dura de lo que nos han querido contar. Su personaje nos ofrece un paralelismo claro y nos demuestra que no hemos cambiado nada. Y no sólo eso, para los países del Norte seguimos siendo mano de obra barata para trabajos que ellos mismos desprecian.

Lamentablemente Nacho G. Velilla no es Berlanga ni tiene a su lado la afilada pluma de Rafael Azcona, por lo que no tardaremos demasiado en olvidar un producto que es lo que es: para su consumo inmediato y reposición televisiva en aquellos huecos en los que no hay nada mejor que emitir.
manulynk
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