Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sibila de Delfos:
7
Drama En el año 2006, Julian Assange y Daniel Domscheit-Berg crean WikiLeaks, una plataforma que se dedica a filtrar, de modo anónimo, información secreta sobre los turbios manejos de la política gubernamental y sobre los crímenes de las grandes empresas. Pero cuando Assange y Berg tienen acceso a numerosos documentos confidenciales que afectan a los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, se enfrentarán a una de las cuestiones ... [+]
14 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le ocurre a El quinto poder, de Bill Condon, lo mismo que a La red social hace unos años (salvando las distancias, claro... el film de David Fincher es mucho mejor que este en todo). Tanto da si lo que se cuenta acerca de la fundación, auge y caída de WikiLeaks es mucho, poco o nada verdad. Lo que de verdad interesa y donde la película sale como vencedora es en el retrato de una amistad entre dos hombres muy distintos que se va al traste cuando los objetivos y la manera de conseguirlos se interponen entre ellos.
Durante sus primeros cuarenta minutos, El quinto poder es una película sorprendentemente errática en su montaje y desquiciada y desconcertante en su narración. Se planta Condon en casi la mitad de la función y apenas sabemos quiénes son Julian Assange y Daniel Domscheit Berg, de dónde han salido, por qué hacen lo que hacen y quiénes son los que los rodean. La narración avanza a trompicones, sin interés, con diálogos simples y escenas poco elaboradas.
Afortunadamente, cuando el foco se pone en la relación entre Assange y Berg y los problemas que empiezan a tener mientras WikiLeaks se hace más grande, la película se transforma en un notable drama sobre la destrucción de la amistad cuando se juega con fuego. Escenas como la de la llegada de Assange a la casa de Berg, para disgusto de su esposa, o los numerosos diálogos entre los dos (especialmente el último) son ejemplo del excelente trabajo de guión de Josh Singer y la habilidad de Condon para la dirección de actores. En un reparto que completan los siempre excelentes Carice van Houten, David Thewlis, Stanley Tucci, Laura Linney y Dan Stevens (recién salido de Downton Abbey), hay que destacar inevitablemente y con toda justicia a Benedict Cumberbatch y Daniel Brühl. El protagonista de Sherlock, bailando continuamente con la exageración, compone un Assange muy estrella del rock y a la vez muy comprometido con su labor, dejando ver al hombre detrás del fenómeno mediático. El alemán, por su parte, completa un 2013 para el recuerdo con su recreación de Berg, un hombre dedicado a su trabajo pero con unas líneas morales que no quiere traspasar.
En definitiva, una cinta interesante lastrada por un comienzo francamente malo, pero con dos protagonistas que justifican por sí solos el visionado.

Lo mejor: Cumberbatch, Brühl y las escenas que retratan la relación entre sus personajes.
Lo peor: El comienzo.
Sibila de Delfos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow