Brie Larson debuta como directora con Tienda de unicornios, una agradable comedia indie que juega con la idea de la importancia de la imaginación en la edad adulta (representada por la criatura fantástica por excelencia, el unicornio) y, sobre todo, reivindica la cualidad de ser diferente y mantenerse fiel a uno mismo, piensen lo que piensen los demás. Se trata de una película dulce, encantadora, llena de momentos divertidos y tiernos, que la directora lleva muy bien, pese a que falta algo más de empaque dramático y de profundización en algunos personajes secundarios.
Entre los actores, destaca un encantador Samuel L. Jackson en uno de los personajes más "blancos" y amables que se le recuerdan, y por supuesto la química entre Larson y Mamoudou Athie, fabulosos ambos en sus personajes. La oscarizada actriz de Room, en particular, es un portento de sensibilidad y honestidad ante la cámara.
En definitiva, una obra tierna, llena de esperanza y belleza y muy agradable de ver.

Lo mejor: Su dulzura, su canto a la diferencia y la imaginación y, por supuesto, Brie Larson.
Lo peor: Le falta algo de empaque dramático.