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Voto de Xiclotró de partícules:
10
Documental Un maestro de escuela secundaria y un empresario se enfrentan para romper el Récord Guiness del clásico videojuego Donkey Kong. (FILMAFFINITY)
15 de diciembre de 2016
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sueño americano en su máxima expresión: pasar del más absoluto anonimato a ser el nombre que se encuentra por delante de todos en la lista de máximas puntuaciones de una máquina recreativa. Esta es la máxima aspiración de los gamers. Es el Santo Grial que todos ansían. Y es lo que representa “The King of Kong: A Fistful of Quarters”. Seth Gordon nos trae un documental con el nombre de lo que podría ser una canción buenista de Manu Chao, pero que esconde una cruenta guerra.

Hoy en día los friquis de videojuegos pueden ser vistos como prehípsters guais o incluso ser sinónimo de éxito. Hay torneos y hasta jugadores profesionales que ganan mucho dinero. Pero la historia que se documenta en King of Kong empieza en las décadas de los 80 y 90, cuando, pese al boom que vivían las máquinas recreativas, los jugadores adultos de videojuegos eran vistos como unos parias de la sociedad. Unos losers.

Supongo que eso es lo que hace interesantes a los personajes de este documental. Son gente genuina que se ha sobrepuesto a todos esos prejuicios y que ha seguido adelante con la incomprensión de sus propias familias y de sus amigos (si es que los han tenido alguna vez). Han ido superando todas las adversidades y triunfado entre simios gigantes, naves espaciales o fantasmas acosadores.

Por encima de todos ellos, sobresalen dos nombres como auténticos mesías de los píxeles, dos personajes shakespearianos que captan todas las atenciones y que luchan por un éxito eterno en el más difícil de todos los retos, el Donkey Kong.

Por un lado tenemos al narcisista Billy Mitchel, un magnate del mundo de las salsas que es el rival a batir por todos y que a su vez dispone de su propio grupo de devotos acólitos. Es pretencioso y altivo, y siempre se guarda un as en la manga (un poco como el personaje de Hill Murria en “Kingpin”).

Y por otro lado tenemos a Steve Wiebe, que se presenta como el eterno perdedor. Un padre de familia que ha probado suerte en distintos ámbitos con todo su empeño, pero a quien nunca la sale bien la jugada. Un Ulises moderno que intenta llegar a Ítaca y que se encuentra con todos los obstáculos posibles y más.

David vs. Goliat, Barça vs. Madrid, Ali vs. Foreman, Holmes vs. Moriarty. Nos encontramos ante un duelo de los que hacen historia. Una batalla entre dos personajes épicos e irrepetibles. El resultado tendréis que comprobarlo vosotros mismos, pero lo que sí puedo deciros es que este es un gran documental con una realidad capaz de competir con cualquier film de los Coen.


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Xiclotró de partícules
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