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Voto de Xiclotró de partícules:
4
Terror. Thriller Cinco personas son secuestradas en los días previos a Halloween y mantenidos como rehenes en un lugar llamado Murder World. Mientras están atrapados, deben jugar un juego violento llamado 31, donde la misión es sobrevivir 12 horas contra una pandilla de payasos malvados. (FILMAFFINITY)
15 de diciembre de 2016
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que me gustan el gore y la serie B. También soy consciente de que de un director que se hace llamar Rob Zombie no pueden esperarse pelis del estilo de Woody Allen (incluso creo que Seagal es demasiado “soft” para él). Pero su última peli no me gustó.

A riesgo de ser linchado por sus incondicionales, voy a explayarme un poquitín más. La cinta realmente da lo que promete: payasos, motosierras, un enano hispano vestido de nazi… y sangre, mucha sangre.

Rob Zombie vuelve a sus inicios y abandona la experimentación hecha con “Lords of Salem” (2012) para retomar un tono más cercano a los slashers clásicos y a la serie B. Dicho de otro modo, el film mira de ser como “La casa de los 1000 cadáveres” (2003) o su secuela “Los renegados del diablo” (2005). Ahora bien, aunque esas primeras cintas tenían un guion lleno de clichés del género (creo que les llaman «homenajes»), te metían en una ambientación enfermiza, con un incremento de tensión y un humor negro muy adecuados, que las hacía muy disfrutables.

En el caso que nos ocupa, la ambientación enfermiza y la estética se mantienen…, pero todo lo demás falla. La cada vez más esquelética señora Zombie (Sheri Moon, la esposa del director) pulula con sus compañeros en un juego macabro y no demasiado entendible, perseguidos por psicópatas igual de tristes y desaprovechados, sin despertar interés de ningún tipo ni aportar nada de nuevo al género. Hasta el humor negro brilla por su ausencia.

Podría decirse que el film no tiene alma. Es un producto más que sus fans comprarán igualmente. Así lo demuestra, por ejemplo, su desenlace, que mira de ser tan salvaje como el de “Los renegados del diablo” y que finalmente parece más una mala parodia de esta.

Pese a mantener su estética e incluso una buena banda sonora, como es habitual en él, Rob Zombie se ha vuelto un mal imitador de sí mismo. Supongo que un mal día lo puede tener cualquiera.

Como pasaba en el Imperio Romano, mientras haya sangre, en Sitges gustará igualmente.

www.grushenko.cat
Xiclotró de partícules
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