Grave Encounters sigue la estela de La Bruja de Blair, Paranormal Activity y otras muchas. Pelis de bajo presupuesto cuyos directores buscan pegar el salto con una idea original. Pero esta no lo es: un equipo de televisión especializado en programas sobrenaturales se encierran por la noche para rodar fenómenos paranormales en un hospital psiquiátrico. En fin, nada nuevo, y sin embargo el argumento es lo de menos. Lo que uno espera de estas pelis es entretenerse con un par de buenos sustos, pero a mí me resultó todo muy predecible. Los sustos van apareciendo in crescendo y al final aquello parece el tren de la bruja. Lo mejor son los diálogos del tipo: "Pero por qué hemos venido, por qué" "Quiero salir" "Quita la puta cámara de encima" "¿Has oído eso?" "Mierda, mierda (fuck, fuck)" "¡Dios mío! ¿dónde está Matt?", y la que más me llegó: "Esto no puede estar sucediendo". Pues mira, eso mismo pensé yo.