Will Smith, ese simpático actor que a todos nos encandiló con la serie El Príncipe de Bel Air, ha crecido. Y no me refiero a su tamaño físico, ya de por sí considerable (es un oso, el tío), sino a su tamaño como actor. Sus posibilidades interpretativas se expanden con cada película nueva que protagoniza. Y ojo, no es que todas las películas que se estrenan con él como cabeza de reparto sean joyas. No. Es que se convierte en algo perfectamente normal la conversación, corta pero contundente de:
-"Tíos, echan la nueva de Will Smith en el cine. ¿Vamos a verla?".
-"¿De qué va?".
-"No lo sé muy bien, pero sale Will Smith".
-"Venga. Va".

7 Almas tiene una historia bastante dramática que juega mucho con los sentimientos del espectador, que siente durante todo el metraje una inexplicable, pero inevitable, empatía con su protagonista, abocado por alguna desconocida circunstancia en sus inicios a un aciago final.

Es una película con una historia interesante, algo lenta quizás en la narración, pero con un dilema moral para su protagonista realmente escalofriante, sobre todo por el resquicio de esperanza que Muccino va encendiendo y apagando a placer para dejar al espectador el vilo, e intranquilo. En este sentido, es original. Sin embargo, deja ver su clara fortaleza/debilidad, porque son la misma cosa: se reduce a un monólogo del sorprendente Will Smith. Lo más cercano a un secundario en esta película es la bella Rosario Dawson, que, eso sí, tiene una interpretación muy competente con Smith. Por lo demás, Woody Harrelson en un papel testimonial, Barry Pepper en 5 minutos de metraje y el resto de almas resueltas en 2 ó 3 minutos.

Conclusión: Will Smith es el principal reclamo de esta película. Pero es que además, resulta ser también lo mejor de ella de largo. Will ya no pone sólo la cara. Ahora también pone su talento. Y me alegro mucho por él, porque siempre me ha caído bien. Aunque... ¿A alguien le cae mal El Príncipe?