Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
7
31 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una niña que ha presenciado un terrible asesinato, un policía dispuesto a protegerla y encontrar a los culpables, una mujer cuyo mundo natural está separado del caos de la ciudad que no podrá reprimir sus sentimientos hacia él.
Puede que, de todos los "thrillers" asiáticos de la década de los '80, éste que nos ocupa sea uno de los más desconocidos y, al mismo tiempo, de los más interesantes.

En 1.992, un director americano llamado Quentin Tarantino crearía su celebérrima ópera prima tomando de base "City on Fire", una gran película de acción e intriga realizada cinco años antes por Ringo Lam; pero, lo que muchos no saben, es que en 1.989 este hombre también cogería "prestada" la historia de una obra americana anterior trasladándola a un film de su propio sello...curioso, ¿verdad? Ciertamente, esa obra fue dirigida por Peter Weir y protagonizada por Harrison Ford, Kelly McGillis y Lukas Haas cuatro años antes, y tenía por título "Único Testigo".
La década de los '80 estaba resultando la mar de fructífera para el sr. Lam, quien entonces cosechaba un gran éxito con su saga de películas "On Fire", y este período lo acabaría, cómo no, junto a su colaborador habitual Nam Yin, cuya firma se halla en "Prison on Fire", "Full Contact" o "Burning Paradise in Hell", y que había escrito un guión de policías y gangsters siguiendo los cánones clásicos e inspirándose en el film de Weir; de este modo, "Wild Search" siempre fue considerada una especie de libre "remake" de aquél, aunque está claro que las diferencias entre ambos saltan a la vista.

Ahora, el cínico detective John Book interpretado por Ford se llama Lau (apodado "Mew Mew" por sus compañeros) y es un duro y solitario sargento que se desenvuelve a la perfección por las peligrosas calles de Hong Kong, tan repletas de crimen y corrupción como de costumbre; gracias a la información de un antiguo compañero consigue dar con una operación de tráfico de armas en la que está implicada una mujer que termina muriendo en el tiroteo con los policías. Lo peor de todo es que su hija Ka-ka, de tan sólo cuatro años, ha estado presente en el lugar y conoce muy bien las caras de los culpables.
Lau dejará a la pequeña al cuidado de su tía Cher y su abuelo, que viven en una pequeña comunidad rural alejada del ajetreo y los males de la metrópoli, mientras intenta dar con el cerebro de la operación, el cual resulta ser un respetable hombre de negocios llamado Hung y, para más inri, el padre de Ka-ka. El sargento librará brutales enfrentamientos contra los secuaces de ese poderoso jefe criminal al tiempo que va estrechando su relación con Cher, de la que poco a poco se enamora dejando a un lado las diferencias de sus opuestos orígenes y costumbres.

Partiendo del hecho de que Book entablaba la relación con un niño, testigo de un asesinato donde estaba implicado un policía corrupto, y no con una niña como en este caso, Lam y Yin practican la mayor desemejanza situando la acción de la trama en el círculo criminal y en la ciudad, mientras que Weir decidía adentrarse en el territorio amish junto al protagonista, inclinándose la intriga hacia un drama oscuro, filosófico y realista. En "Wild Search" no se pretende profundizar en el choque cultural ni en la vida de esos aldeanos que se ven envueltos en el caso policial, aunque ellos y sus respectivas costumbres acaban jugando un importante papel.
De este modo, la propuesta de Lam está más cerca de los típicos "thrillers" de acción chinos de la época (no se aleja mucho de "A Better Tomorrow" o "Hermanos de Fuego") que de la historia de Earl Wallace y William Kelley en la que se supone que se inspira, con el clásico policía duro, que ha perdido a su familia, crucificado por sus jefes y merodeador en un mundo de neones, bares de mala muerte y sucias calles donde la crueldad y la corrupción campan a sus anchas, que tendrá que enfrentarse a unos peligrosos traficantes y que de repente encuentra, gracias a una mujer, el remedio a su nihilismo y violencia.

El desenfreno y la acción, llevados con maestría por Lam, se cruzan con momentos de puro melodrama, romance e incluso puntuales momentos de humor que, por desgracia, no terminan de encontrar su punto de equilibrio, sobre todo cuando el suspense se va diluyendo en favor del drama, centrado en tres relaciones (la de Lau con Cher, la de ésta con su ex-marido y la de Ka-ka con su abuelo). La historia se detendrá en estos personajes hasta que retome toda su brutalidad con la lucha cara a cara entre "Bullet" y Lau, quien va estrechando cada vez más sus lazos con la dulce Cher.
No obstante, Lam sabe cómo acabar su película y, muy inteligentemente, regala al espectador un excitante y trepidante final digno del mejor policíaco (el malo contra el bueno, sin piedad); la espera ha merecido la pena. Bajo su mando, un Chow Yun-Fat de nuevo en la piel de un simpático e implacable policía, logrando una gran química en pantalla con Cherie Chung, con la que colaboraría en más ocasiones; igualmente dignos están la pequeña Chan Cheuk-Yan, Ku Feng, Tommy Wong (en el primer papel de bueno que le veo interpretar) y unos enervantes y repulsivos Paul Chun y Roy Cheung.

Obviamente no está a la altura de su profunda "versión" americana, pero Lam demuestra un talento innato para ofrecer lo que mejor sabe: un salvaje "thriller" políciaco que, pese a perder la coherencia en ciertas ocasiones y desviarse hacia más de un género sin avisar, entretiene de principio a fin con una intriga llena de tensión, drama y grandes dosis de violencia.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow