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Voto de Chris Jiménez:
7
Terror. Fantástico Japón, siglo XVIII. El cruel señor feudal Tangonokami Nabeshime se siente atraído por Sayo, la hermana de un monje ciego, y desea convertirla en su concubina. Después de que el monje rechace esta propuesta, el señor lo invita a jugar una partida de Go, algo que ya habían hecho otras veces en tiempos pasados; pero esta vez Tangonokami Nabeshime asesinará al monje después de una nimia discusión y Sayo es desposeída de su casa y sus bienes ... [+]
29 de marzo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El manto negro de la noche cubre todo el espacio, el silencio sólo es interrumpido por las ramas de los árboles, mecidas por el viento...
De repente, surgido de la profunda oscuridad, se escucha el tintinear de un cascabel acompañado de un melancólico y a la vez amenazante maullido. El sonido se acrecienta, volviéndose más aterrador...el fin está cerca.

Cuando hablamos de "j-horror" siempre nos vendrán a la cabeza aquellos títulos que lograrían atraer la atención de millones de personas a comienzos del nuevo siglo, y más concretamente "The Ring" y "Ju-on", iniciadores de longevas sagas que además serían sucedidos por una innumerable cantidad de películas (algunas mejores que otras) cuya intención era explotar el filón formando parte así de la llamada Nueva Ola de cine de terror oriental. Sin embargo, si echamos la vista hacia atrás, descubriremos que este cine ya existía en el país nipón mucho antes de que Sadako Yamamura irrumpiera en el género.
De hecho, el terror se trasladó al 7.° Arte desde que surgió la necesidad de dar imagen y luego sonido a las ancestrales leyendas folclóricas pobladas de maldiciones, espíritus vengadores y espeluznantes fantasmagorías. La mejor muestra la hallamos en "Kwaidan", aunque existen infinidad de interesantes y fascinantes obras al margen de la del maestro Kobayashi; la década de los '60 fue caldo de cultivo de estas producciones, la mayoría modestas y casi desconocidas (donde yo, personalmente, destacaría "Kaidan Katame no Otoko", "Borei kaibyo Yashiki", "Hebi Musume to Hakuhatsuma", la adaptación de "Yotsuya Kaidan" de Shiro Toyoda, la mítica "Onibaba" o "Kaidan Yukijoro", realizada por Tokuzo Tanaka).

Éste último, a las órdenes de Mizoguchi en "Cuentos de la Luna Pálida" y "El Intendente Sansho" y ejerciendo de asistente de dirección en "Rashomon", sobresale dentro del "jidai-geki", aunque abarcó muchos estilos de cine como buen artesano que era, desde el histórico y el fantástico al "thriller" (incluso el musical), siendo los '60 su etapa más prolífica. A finales de ésta se destaparía con el que quizá es uno de sus trabajos más notables en el fantástico: "The Haunted Castle" (de título original "Hiroku Kaibyo-den"), cuyo guión firmado por Shozaburo Asai nos traslada a la era Kyoho (1.716-1.736), cuando el octavo shogun Yoshimune Tokugawa, famoso por sus reformas financieras, se halla en el poder.
Asimismo, el gran castillo Saga es gobernado por el déspota Nabeshima, quien ha decidido tomar como concubina a la joven Sayo, hermana del monje ciego Matashichiro, cuyos ancestros ocupaban anteriormente el castillo. Tras negarse a la petición de Nabeshima, será asesinado en secreto por éste y su guardia en mitad de una partida de go, quienes arrojarán el cadáver a un pozo; Sayo, que ha descubierto el crimen, prepara un plan de venganza: suicidarse y hacer que su gato Tama beba de su sangre, pues si esto sucede se convertiría en una malvada criatura de poderes sobrenaturales. De este modo el animal se dirige a Saga, a descargar su maldición en nombre de los espíritus de sus dueños.

Lo que al principio parece ser un oscuro drama feudal donde se hace hincapié en las injusticias por parte de la clase alta y en el castigo que han de soportar los que no pertenecen a ella, se transforma al cuarto de hora, a partir de la escalofriante secuencia del suicidio y posterior conjuro, en una historia clásica de terror donde un onryo (espíritu en busca de venganza), esta vez introducido en el cuerpo de un inocente gato, convertido por tanto en un yokai, visto ya en innumerables ocasiones (este tipo de historia fue de las más explotadas en el "j-horror" clásico), desata una serie de extraños y terribles acontecimientos en un castillo, lugar por excelencia de estas leyendas.
Apariciones espectrales, posesiones demoníacas, figuras femeninas de pálidos rostros, fenómenos naturales fuera de control...todo es pura fantasmagoría de la que hay que dejarse llevar. "Hiroku Kaibyo-den" se nutre así de todo el folclore japonés, cuya trama parece remitir a la famosa "Bancho Sarayashiki" (al igual que la criada de aquella, el monje también acaba en un pozo), mientras se inspira principalmente en anteriores films como "Trono de Sangre", "Kuroneko" o "Borei Kaibyo Yashiki" (e incluso en el cuento de Allan Poe "El Gato Negro"...).

Pero lejos de referencias e influencias, Tanaka vuelve a demostrar su habilidad y talento para introducirnos en una atrapante pesadilla de la que a todas luces es imposible escapar, ya que los hechos se producen siempre de noche y en lugares oscuros, entre tinieblas, aprovechando así el factor sorpresa, mientras la combinación de violencia explícita, ingeniosos trucos visuales y juegos de luces y sombras perfilan un atmósfera tan desasosegante como fascinante.
Todo esto apoyado en la siniestra música de Michiaki Watanabe, el gran trabajo de fotografía de Hiroshi Imai, quien dota a la imagen de intensos tonos, y en la puesta en escena, a veces sobria, otras trepidante, siempre buscando el efectismo y la impresión en el espectador (no muy lejos del estilo del otro maestro del horror Nobuo Nakagawa). El plantel, compuesto de actores muy decentes donde destacan Kojiro Hongo, Mitsuyo Kamei, Rokko Toura y en especial Akihisa Toda, encarna por desgracia a unos personajes en su mayoría desagradables con los que es difícil empatizar, bien merecedores de una venganza.

Aunque su precipitado y poco resolutivo final no esté a la altura del resto de la película (uno espera una conclusión mucho más espectacular y catastrófica para el castillo y sus moradores), "Hiroku Kaibyo-den" es una de las más interesantes y entretenidas muestras de lo que podía ser el "j-horror" de los años '60, cuya huella se percibe inevitablemente en las más modernas "Sweet Home", "Ju-on", "Apartamento 1.303", "The Ring" y "Kaidan", ambas de Nakata.
Un auténtico tesoro para los amantes del género y los cazadores de reliquias cinematográficas.
Chris Jiménez
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