Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
4
4,5
1.635
Animación Primer trabajo de Lynch, de vocación experimental. Lo produjo él mismo (presupuesto: 200$) y fue el primer peldaño en su carrera cinematográfica.
29 de marzo de 2019
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aparecen tres figuras amorfas en un cuadro, las siguen otras dos que se unen en una sexta. A estos seres, supuestamente hombres, se les dota de órganos vitales y extremidades, y así parecen cobrar vida.
Pero la vida es muy corta, difícil de asimilar. La emoción es sustituida por el horror, los órganos empiezan a deshacerse, los "hombres" recién creados reaccionan aterrorizados; la misma creación se prende fuego, se rechaza, y las figuras terminan por reventar.

Unos 47 segundos realmente grotescos y traumatizantes que venían a significar el gesto de bienvenida al mundo del arte de un joven de 21 años nacido en el corazón de Montana. Mucho antes de inmiscuirse en el cine y cambiarlo para siempre, David Lynch mantenía una gran afición: la pintura, medio de expresión que sería el suyo permanentemente y que nunca abandonaría del todo, pese a realizar películas de forma profesional. Poco después de inscribirse en el Boston Museum School en 1.964, se va a estudiar a Europa, en concreto a Viena, con su buen amigo Jack Fisk.
Allí intentan, en vano, conocer al pintor expresionista Oskar Kokoschka. La estancia dura poco tiempo y llegan a la conclusión de que Europa no está hecha para ellos, con lo que hacen las maletas y regresan a EE.UU.. Lynch acabaría en Philadelphia (una ciudad más acorde a su estilo), y el verdadero cambio de su vida llegaría en 1.965 al matricularse en la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania, donde tomó conciencia de sus capacidades artísticas y fue asaltado por la revelación de que a su pintura le faltaban dos dimensiones: el movimiento y el sonido.

Esta concienciación llevó al joven estudiante de arte a adquirir 200 dólares y una cámara de 16 mm. con la que dirigió su primer film, en colaboración de Fisk, bautizado "Six Men getting Sick", breve experimento que remite más a la pintura animada que al cine propiamente dicho; en efecto, en este cortometraje de apenas un minuto repetido en seis veces, la pintura se anima, o más bien se desmiembra, asumiendo el color rojo el poder. Entre figuración y desfiguración, este pequeño trabajo está habitado por un ruido de sirena persistente que quizá marca, de manera paradójica, la verdadera irrupción del cine en la mente de Lynch.
Pintura de sonido penetrante e imaginería extraña y torcida serían el comienzo de una serie de obras más elaboradas donde dicho arte contaría con un importante papel (así aparece reflejado en "El Alfabeto", "La Abuela" e incluso "Cabeza Borradora", donde el director, más que grabar con la cámara, "pinta" sus absorbentes y grotescos encuadres sobre el espacio, como en un lienzo en tres dimensiones).

Con "Six Men getting Sick" Lynch obtendría el primer premio en la exposición de fin de año de la academia, aunque lamentaría el elevado coste de su producción.
Para todos los que somos sus fans, este primer intento alberga un gran interés; al fin y al cabo es el primer trabajo del futuro director de "Terciopelo Azul", "Carretera Perdida", "Dune" o "Mullholand Drive", quedando como uno de los debuts más extraños de un cineasta que se han visto...si no el que más.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow