Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
8
Western Nuevo México, 1953. Jack Burns, un vaquero amante de la libertad y de los horizontes abiertos, llega cabalgando al pueblo de Duke City. Su intención es liberar a su amigo Paul Bondi antes de que lo trasladen a una prisión estatal. Bondi, que ha sido condenado a dos años de cárcel por acoger en su casa a algunos mexicanos que han cruzado ilegalmente la frontera, es un escritor que dejó su vida aventurera para casarse. Jack visita a la ... [+]
29 de marzo de 2019
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una de las secuencias más conmovedoras, John responde a Jerry cuando ésta le insta a quedarse a su lado "Soy un hombre solitario hasta en lo más profundo de mi ser, y un hombre así es un tipo inadaptado...la única persona con quien puede vivir es consigo mismo, y lo único que de veras ama es poder vivir a su modo".

En pocas palabras se nos ha planteado la más sincera descripción del protagonista de esta historia en la que una vez más asistimos a la muerte del héroe idealista americano por parte del propio mundo en el que le ha tocado existir, una historia procedente de la segunda novela de ficción del famoso autor Edward P. Abbey (conocido por sus inclinaciones anarquistas y los discursos sobre moral, política y medioambiente que han poblado sus obras) "The Brave Cowboy", publicada en 1.956, la cual Kirk Douglas, fascinado tras su lectura, decidió llevar al cine.
Y lo haría reclutando muy apropiadamente a Dalton Trumbo (uno de los de la lista negra de Hollywood), con quien ya había colaborado en "Espartaco", para escribir el guión, y al polifacético veterano David Miller para el puesto de director. La fecha de los sucesos del libro se trasladarían de los '50 a los más modernos '60, concretamente a 1.962, momento en que EE.UU. vivía una situación de insatisfacción e inseguridad provocada por la Guerra Fría, los pactos de alianza de Cuba con los soviéticos, el conflicto iniciado en Vietnam o la Caza de Brujas, situación que se refleja de algún modo u otro en "Los Valientes andan Solos".

Para más inri, en el mismo año de realización de la película, se estrenarían dos míticos "westerns" que vinieron a derribar sus cimientos: "El Hombre que Mató a Liberty Valance" y "Duelo en la Alta Sierra". El crepúsculo del sacrosanto género había comenzado, y su espíritu melancólico hace su entrada en la primera escena, un plano de apertura con el paisaje natural de desierto y montañas como protagonista que recuerda a los arranques de los films de Mann; la cámara se desliza hasta el verdadero protagonista, John Burns, que descansa sobre la arena.
Evocadoras imágenes en la más pura tradición del "western" si no fuera por un estruendo que estropea el momento: John alza la mirada y ve cómo unos reactores cruzan el cielo. Así, en unos segundos, se resume el discurso y las intenciones de la película, que seguirá las andanzas de este anacrónico cowboy en una América contemporánea cínica y desencantada, en cuyas entrañas rezuma una violencia y resentimiento corrosivos (materializados literalmente en el personaje del manco), por las heridas de la guerra y por la situación actual, una tierra de leyes injustas y fronteras imaginarias que el protagonista no tiene intención de obedecer (cruzará el paisaje cortando las vallas).

Y no la tiene pues su fe se basa en la libertad del individuo (no necesita tarjetas de identificación para saber quien es), pagando en ocasiones dicha libertad al alto precio de un crudo choque con la realidad de la sociedad, la cual le rechaza y humilla; el sueño de Burns pervive pese a no ser comprendido, de este modo "Los Valientes andan Solos" se presenta como una de las más demoledoras desmitificaciones de la historia americana. Como el tren de "El Hombre que Mató a Liberty Valance", las cuchilladas de modernidad están bien representadas en esos vehículos con los que lidia el protagonista cuando cruza la carretera a lomos de su yegua Whisky, acción que le conducirá a un final trágico (detallado en Zona Spoiler).
Tras su presentación y una excursión a la prisión donde intenta liberar en vano a su amigo Paul, la película se centra en la emocionante fuga con el agreste paisaje de fondo, el cual actua de refugio y protección contra los modernos elementos (los coches, el helicóptero, las armas...), donde John se enfrentará a los hombres del sheriff Johnson, que a regañadientes cumplirá su trabajo dando palabras al constante rechazo del protagonista, tanto físico como metafísico, por parte de la sociedad ("Parece que estemos persiguiendo a un fantasma. Un caballo invisible, un vaquero invisible...").

Así, la persecución tendrá lugar en un Oeste degenerado, privado de sus virtudes, cuyas secuencias, filmadas por Miller con nervio y un brillante manejo de la tensión y la intriga, contendrán la obsesión por una violencia inevitable, fatalidad de la historia y de EE.UU., que al final dejará una impresión de estropicio y de desastre, de una separación definitiva (la tierra soñada por John y el mundo real). Si esta violencia no deja de obsesionar al director y al guionista es porque en ella encuentran un perfecto eco que a la vez aterra y fascina.
En sus propias carnes sufrirá esta violencia el protagonista, interpretado magistralmente por Douglas, cuyo granítico rostro, siempre adornado con su clásica sonrisa, será sin embargo la expresión misma de la derrota (pocas veces un personaje en la Historia del cine ha inspirado tanta compasión y lástima como el de John W. Burns); a su sombra, un puñado de notables secundarios capitaneados por un estoico Walter Matthau, destacando Gena Rowlands, Michael Kane y George Kennedy (en un papel odioso y repulsivo). Para rematar, diálogos afilados como cuchillos por parte de Trumbo, maravillosa fotografía en blanco y negro de Philip Lathrop y gran banda sonora de Jerry Goldsmith.

Todo ello reunido en una suerte de "western" moderno, contestario, amargo, cuyas influencias (que remiten a "Conspiración de Silencio" y la nombrada "El Hombre que Mató a Liberty...") impregnarían futuras obras como "La Balada de Cable Hogue" (el hombre del título sufre el mismo final que John), "Bronco Billy", "La Jungla Humana" e incluso la primera de las correrías de Rambo (que tomó no sólo la premisa y algunos elementos sino también el nombre del protagonista y el responsable de la banda sonora).
Fue, además, la película favorita de Kirk Douglas de todas las que había interpretado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow