Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sersolo:
7
Drama Un día de verano, unos hijos vuelven a la casa familiar para visitar a sus ancianos padres. Los dos llegan con sus respectivas familias para conmemorar la trágica muerte del hijo mayor en un accidente ocurrido hace quince años. Aunque la casa y la comida familiar apenas han variado, el paso de los años permite observar ligeros cambios en cada uno de los miembros de la familia: el amor se mezcla con el rencor y todos guardan algún secreto. (FILMAFFINITY) [+]
25 de junio de 2009
33 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás porque la cultura y tradición japonesas son completamente diferentes a la occidental, quizás porque son mucho menos trascendentales que nosotros, quizás porque la muerte forma tan parte de ellos como la vida, quizás porque no les asusta que llegue su último suspiro. Quizás por eso en Japón en general y Hirokazu Koreeda en particular, hablan de la muerte con una naturalidad pasmosa.

En "Still walking" podemos escuchar esta conversación entre dos ancianos:
- Tengo la sensación de que mi tiempo se podría acabar cualquier día. Cuando ocurra, quiero que esté conmigo en mi muerte.
- En ese caso, te sobreviviré.

En España, Europa o América la conversación sería algo diferente:
- Tengo la sensación de que mi tiempo se podría acabar cualquier día, no? Si ocurriese, quiero que esté conmigo hasta el final.
- ¿Ocurrir, qué? Si usted todavía está muy joven, al menos le quedan 10 años para disfrutar de sus nietos, y espérese que no crezca aún más la familia!

Nosotros intentamos evitar la muerte, en Japón la afrontan, la esperan sin miedo y la viven con naturalidad. Koreeda debe de ser uno de los directores más prolíficos en asuntos mortuorios. En "Still walking" Koreeda habla del implacable paso del tiempo. A un anciano matrimonio le visitan sus hijos. Un hijo casado con una viuda con un niño, y la otra hija casada y con dos hijos. Abuelos, padres y nietos hablan con total naturalidad de los familiares muertos. Un hijo de los ancianos murió, y su foto preside la casa.

El director japonés perdió a su padre y a su madre, y como hijo arrepentido por no haberlos atendido como debieran, les ha hecho una película homenaje. El mismo Koreeda reconoció sus influencias familiares para hacer el film. "A pesar de ser una película de ficción, me basé en la personalidad de mi madre y en su forma de hablar para la madre del protagonista. Quería hacer una película en la que reconociera a mi madre. No quería llorar su pérdida, sino volver a reír con ella. Así nació este largometraje".

No es la primera vez que Koreeda habla de la muerte. "After Life", "Maborosi", "Distance" o la aclamada "Nadie Sabe", tratan en mayor o menor medida, la muerte.
Sersolo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow