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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Comedia En un día de verano de 1921, el ingeniero Frank Gilbreth llega a casa de un largo viaje, trayendo un regalo para cada uno de sus once hijos. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ingeniero y consultor en administración de empresas, Frank Bunker Gilbreth (1868-1924), nació y vivió en Fairfield, Maine EEUU, donde junto a su esposa Lilian (1878-1972) ideó los procesos para estructurar trabajos en segmentos establecidos, con lo que permitió ahorrar tiempo mejorando el movimiento. Junto a su esposa, orientó también una escuela de gerencia científica sobre la que escribieron una brillante teoría y también profundizaron en el estudio de la fatiga, de la que él y Lili algo sabían… puesto que tuvieron ¡doce hijos!

-¿Cómo pueden alimentarlos? –Les preguntaba la gente.

A lo que él respondía: -¡Recuerde que se compra más barato por docena!

“TRECE POR DOCENA”, es pues, la historia de esta especial familia (escrita por Frank Jr. y su hermana Ernestine), donde los chicos a temprana edad sabían bastante de varios idiomas, multiplicaban de memoria por dos y tres cifras, y hacían reuniones de junta con sus padres para tomar las decisiones que concernían a todos. Era una familia de indiscutible cultura y de notables valores, pero como no hay hogar perfecto, el padre resultaba un tanto chapado a la antigua.

Se negaba a tener un perro en casa, quería que sus hijas vistieran como monjas… y no salían con un muchacho si papá no iba tras de ellos. Pero, el conocimiento también forma el carácter y con gran agudeza y juegos democráticos, los niños se buscan sus tretas para persuadir a aquel padre que, así como demuestra firmeza de carácter, también hace saber que puede comprender y que tiene un corazón de caramelo.

Walter Lang, nos brinda una regocijante y aleccionadora comedia, magníficamente ambientada y cálidamente fotografiada, en la que obtenemos especiales ejemplos de cómo debe llevarse la vida familiar, para que halla altura, sanos acuerdos y relaciones armoniosas. Que no importa cuantos hijos tienes, sino cuán preparado estás para sostenerlos y para despertar en ellos los criterios claros, la responsabilidad y la asertividad que han de requerir en familia y en sociedad.

Por supuesto, no cabe pensar en otro protagonista que no fuera el inolvidable Clifton Webb, símbolo del sabelotodo, de la elegancia y el buen gusto en el medio cinematográfico, y quien, con su trilogía como Mr. Belvedere, ya hizo historia en la más alta comedia. Como su esposa, Myrna Loy (la célebre Nora Charles en la serie “The Thin Man”), nos da ejemplo de la madre serena, flexible y equitativa, que ama a su esposo, mientras defiende con afabilidad los derechos de sus hijos.

Un filme que sería bienvenido en una escuela de padres o en una reunión familiar, y que dejó tanta huella que no tardaría en generar una secuela donde sabremos que ocurre con la madre, con sus encantadoras hijas, Ann (Jeanne Crain) y Ernestine (Barbara Bates), y con el resto de sus ya crecidos hermanitos. El título: “Bellezas por casar” (Belles on their toes).

Título para Latinoamérica: “MÁS BARATO POR DOCENA”
Luis Guillermo Cardona
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