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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama Sadie Thompson, una artista de un club nocturno, tiene que desembarcar en Samoa, una isla del Pacífico con base militar norteamericana, porque el barco en que viaja ha sido puesto en cuarentena. El único hotel donde puede alojarse comienza a ser frecuentado por los oficiales de marina destacados en la isla. Entre ellos está el sargento Phil O’Hara, que queda prendado de Sadie. Alfred Davidson, hombre de moral inflexible, desaprueba el ... [+]
2 de julio de 2011
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puedo decirlo de esta manera: Aquello a lo que sueles hacerle más ascos es, casi seguro, que también está en ti. Hace poco, me encontraba a la entrada de un auditorio con tres amigas que laboraban juntas. La más joven entre ellas, les decía a las otras (versión abreviada): -“No soporto a las chismosas de la oficina. Todo el tiempo hablan de las demás como si no tuvieran oficio”. -“¡Cierto que sí! -Exclamó la morena- ¡Qué groserías, hablan hasta de la mamá!”, -“¡Ay sí, qué jartera! –Remató la pelirroja- ¡Son repugnantes!”. Entonces, la morena se acordó de que yo estaba a su lado, y me preguntó: “¿Qué piensas tú de ésto, Guille?” Yo las miré a los ojos, una a una, y enseguida pregunté con la mayor delicadeza que pude: “¿Y no están ustedes haciendo lo mismo?”... Al no hallar respuesta, me alejé en busca de un vaso de agua.

“Los fanáticos se obsesionan con aquello que combaten”, dirá uno de los más lúcidos personajes del filme, agregando enseguida: “Todos tenemos deseos ocultos que disfrazamos de una u otra manera”. Palabras con las que el escritor, W. Somerset Maugham, deja bien claro el propósito de su historia. Un mal común, y una manera de muy triste gente, para aflorar la soberbia. Gente así, la encuentras en todas las clases sociales, pero sobre todo, entre aquellos que, revestidos de poder, se asumen como implacables salvadores del mundo para tratar de acallar su propia conciencia.

<<MISS SADIE THOMPSON”, es un título que me encanta -y que debió conservarse-, pues da cuenta de una mujer con un sombrío pasado, empeñada en volverse respetable sobreponiéndose al asedio de los hombres, pero, sin renunciar al canto y al baile que, bien lo sabe, siempre despierta alegría y entusiasmo donde quiera que ella se encuentre... y así sucede cuando llega a aquella isla volcánica del pacífico donde un resguardo militar vive de manera harto aburrida, hasta que, Sadie, llega para iluminar el ambiente. Está apenas de paso, pues planea irse a Nueva Caledonia donde la espera una nueva oportunidad... pero, al tiempo que atrae poderosamente al amable sargento, Phil O´Hara, no tarda en ganarse la animadversión del poderoso “guía espiritual” de aquellas islas, Mr. Alfred Davidson.

Fuerte pugna entre quien trata de ser y vencer las tentaciones, y aquel que trata de arrasar el mal del mundo sin acordarse de que primero tiene que domarlo dentro. Espacio para mandar al infierno a algunos de los más brillantes innovadores del pensamiento moderno y civilizado como, Freud, Jung y Adler, y lugar para repetir poéticamente la biblia de memoria, mientras el alma se carcome con deseos de estallar.

Curtis Bernhardt, logra un interesante remake de un magnífico cuento que ya había sido llevado al cine, en 1928, con Gloria Swanson, y más libremente, en 1932, con Joan Crawford... y no hay duda de que queda plasmada esa infame hipocresía que ha hundido a tanta gente buena sin afanes de parecerlo, por gente secretamente perversa, desesperada por parecer intachable.

Título para Latinoamérica: LA MUJER DE SATANÁS
Luis Guillermo Cardona
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