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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Romance Una mujer (Mia May) coge un tren para huir de su amante, que es también el padre de su hija, pero éste le ha enviado un telegrama en el que le asegura que nunca se librará de él. Comienza así una persecución que la lleva hasta las montañas. Allí conoce a un monje que le prestará todo el apoyo que necesita. Se trata de un drama sobre el arrepentimiento, el sentimiento de culpa y la posibilidad de alcanzar la redención por medio del sacrificio. (FILMAFFINITY) [+]
11 de noviembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con este modesto drama, ambientado en buena parte en las montañas cubiertas de nieve, se inicia la colaboración entre el todavía novel realizador Fritz Lang y la acreditada guionista y novelista Thea von Harbou, con quien pronto contraería matrimonio.

Siento que fue este un ejercicio de estilo, donde la pareja da cuenta de una vivencia en la que se combina la espiritualidad, la búsqueda interior huyendo de un mundo al que se considera indigno y el escepticismo que no impide formar pareja, aunque con otros criterios.

Mia May representa a Irmgard Vanderheit una mujer que huye del hombre con quien había aceptado tener una relación libre sólo por acogerse a su liberalidad de pensamiento. Esta huída la llevará por lugares bien agrestes, pues John está dispuesto a que ella jamás pueda liberarse de sus garras. En su indeclinable huída, la atormentada dama encontrará a una suerte de monje anacoreta quien se convierte en el guía y apoyo que la ayudará a sortear su desventura. Pero, como él dice: “Nadie puede mostrar un camino que no conoce”. Y entonces veremos el conflicto que hay oculto y que dejará develado un triángulo afectivo en el que saldrán a flote encontradas emociones.

La ambientación montañosa da cuenta de esa búsqueda de ascenso espiritual que suele simbolizarse con el subir la montaña que lleva a la sabiduría. E Irmgard, da inicio a esa galería de mujeres comprometidas, social y espiritualmente, que saldrían de la pluma de la señora Harbou y que, Fritz Lang, recreaba complacido dada la gran estima que sentía por las féminas.

Tambien se da aquí el encuentro entre el director alemán y ese gran actor llamado Rudolf Klein-Rogge, quien luego se haría archiconocido por sus caracterizaciones en títulos célebres como “Dr. Mabuse el jugador”, “Los Nibelungos” o “Los espías”. De esta manera, “LA IMAGEN ERRANTE”, da cuenta de ese gran respeto por la interpretación que siempre caracterizó al cine de Fritz Lang, para quien, la obra cinematográfica, reclamaba siempre la mayor altura en la forma y el contenido… aunque no siempre diera de pleno en la diana como es el caso de este modesto drama.

Título para Latinoamérica: “LA VIRGEN EN LA NIEVE”
Luis Guillermo Cardona
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