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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Aventuras. Acción. Drama. Romance Manikoora es una isla de los mares del Sur azotada desde siempre por los tifones, aunque hace años que no ha sufrido ninguno. Es una colonia francesa cuyo gobernador ejerce el poder al margen de de las tradiciones y costumbres de los nativos. Según una leyenda local, cuando la tiranía rebasa ciertos límites, los pájaros abandonan la isla y el mar ruge enfurecido. La relación amorosa entre dos nativos, Marama (Dorothy Lamour) y Terangi ... [+]
26 de junio de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encierra a una hormiga, a un ratón o a un perro, y los verás insistir en busca de su libertad, y aunque, en algún momento parezcan resignarse a su impotencia, cuando descubran la primera opción de salida, la tomarán sin espera alguna. Esto también ocurre con los seres humanos. La libertad hace parte de nuestra esencia y es lo que da sentido a la existencia, por eso resulta tan cruel cuando a un hombre se le castiga a cadena perpetua o a largos años de prisión, por delitos que, en muchos casos, de ninguna manera lo ameritan. Aplicado a las relaciones humanas, quítale la libertad a tu pareja, sométela a tus caprichos y temores, y ya estás dando el primer paso para que surja el hastío.

Esta película de John Ford, la he sentido, de principio a fin, como un canto a la libertad. Es un homenaje a la vida del hombre libre en contra de la intrusión y del deplorable encierro a que le somete la mal llamada civilización. Y el alegato se centra en la “Justicia”, aquella institución que aplica las leyes desconociendo, en muchos casos, las motivaciones y la cultura. Una justicia férrea que se aplica con un cálculo en el que siempre pierden las minorías raciales, en beneficio de la “supremacía de la raza blanca”.

En Tahití, se aplica la ley de “Si el blanco ofende, se le tolera. Si el nativo responde, se le condena”. Y esto lleva a la cárcel a un hombre querido por todos, Terangi, uno de los muchos hombres-pájaro de la isla Manikoora, quien ahora vive un sentido y cálido romance con su esposa Marama. Pero, el hombre blanco, comúnmente ha significado el mal para los pueblos indígenas. De ellos ha provenido casi toda agresión, usurpación, asalto, expropiación… y casi todo asesinato.

Y viene entonces el calvario, que sirve a John Ford para darnos una lección de respeto contra los pueblos nativos, mientras exalta su dignidad y su compromiso con la vida. En este sentido, tenemos aquí un elocuente filme anti-racista y anticolonialista, donde se deja claramente planteada una cuestión: Ante tanta atrocidad y violación a los derechos humanos cometida por la raza blanca a lo largo de la historia, ¿si será que es esta una raza superior?, ¿El poder que ahora tiene lo ha obtenido con justicia y mérito o se lo ha tomado sirviéndose de la agresión y de la infamia?

Y Ford, remata su loable historia con un eficiente huracán hecho con el mal alto profesionalismo por el inglés James Basevi, jefe del Dpto de Efectos Especiales de la MGM, quien obtuvo un Oscar por su labor en La Canción de Bernadette y fue nominado por Cumbres borrascosas, El Caballero del desierto, Toda la banda está aquí y por Las Llaves del Reino. Por “HURACÁN SOBRE LA ISLA” no fue galardonado porque este premio sólo comenzó a darse en 1939.

Otro acierto que se le abona a la prolífica obra de John Ford.

Título para Latinoamérica: “HURACÁN”
Luis Guillermo Cardona
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