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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Acción. Aventuras El altruista dueño de una tienda decide contratar a ex-presidiarios para darles una segunda oportunidad. Desafortunadamente, uno de ellos urde un plan para robar en la tienda. (FILMAFFINITY)
20 de noviembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me entusiasmó desde el principio. Está contada en un estilo romántico muy cuidado y en un ejercicio de acomodar los movimientos y el tono vocal de los actores a la banda sonora y no al revés, logrando, así, colmar las acciones de un magnetismo suave y equilibrado; y un par de canciones que escuchamos en los primeros minutos, además de agradables, también encajan perfectamente con la historia.

Los personajes tienen carisma: Helen Roberts, la empleada de la tienda Morris, es una buenaza con cara de ángel y muy sensible ante las salidas en falso de sus congéneres, pues, ella misma vivió en carne propia situaciones parecidas. Su jefe, Jerome Morris, ¡es una maravilla!, la clase de hombre que deberían canonizar en vez de estar votando incienso y velas en tipos rezanderos o en aquellos que se vuelven ermitaños y huyen de la sociedad. Contra el escepticismo de su esposa y de quien quiera, Morris vive dispuesto a consagrar sus bienes a la búsqueda de la redención de los delincuentes en libertad condicional, y no pierde la fe en ellos aunque, alguna vez, amenacen volverse contra él. Por su parte, Joe Dennis, anhela con ansia dejar atrás su oscuro prontuario, aunque ciertos impulsos no logra controlarlos todavía.

Partiendo esta vez de un guion escrito por, Virginia Van Upp, Norman Krasna y Jack Moffitt, el director Fritz Lang, insiste en la redención de los inadaptados como ya lo hiciera en, “Liliom”, y en, “You only live once”, pero, ahora, los resultados serán distintos y se torna posible empatizar plenamente con sus protagonistas. Sylvia Sidney -muy estimada por Lang desde su llegada a los EE.UU., pues, ya la había tenido a su lado en, “Fury”-, logra recrear a un ser sensible, carismático y noble que, sólo en el momento en que hace las veces de disuasora con pruebas matemáticas, desentona inevitablemente con un argumento apenas aplicable al caso citado y otros pocos, porque, en contra de lo que ella sostiene, los hechos demuestran que el crimen sí paga, en dinero abundante y en efectivo… y si no, pregunten a muchos de aquellos que hoy ostentan lujos, riquezas enormes y grandes fajos de billetes salidos de “la nada”. Lo que no se obtiene, ¡jamás!, con el crimen, es paz interior, seguridad, sueños tranquilos o frente en alto… y estas cosas valen más que todo el dinero del mundo.

Por su trayectoria de peligroso gánster en numerosos filmes de los años 30' (siglo XX), George Raft fue una acertada selección para el rol de Joe, el hombre para quien más difícil se está tornando la redención; y también me gustó mucho, Warren Hymer (Gimpy), el simpático empleado leal a la pareja.

Fritz Lang, tuvo ocasión de haber hecho otra gran película, pero, sus propósitos didácticos se diluyen en situaciones y argumentos muy poco digeribles.

Título para Latinoamérica: SILENCIO DE MUJER
Luis Guillermo Cardona
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