Lástima que esta película tenga el honor de ser la primera que he visto junto a mis padres y mi novia porque, sinceramente, me gustaría no guardar ningún recuerdo de ella.

Un machismo ferviente de mostrar a la mujer como inestable psicológicamente, débil de cuerpo y sobretodo de alma.

Blanche estaba ida, de eso no hay duda; igual que no debería haber duda de que Stanley es un animal. Pero quizás, esto último se llega a olvidar. Muy hábil el casting que seleccionó al Sr. Brando en sus mejores años, en un momento de belleza innegable y músculos humedecidos entre fotograma y fotograma.

Más de uno obviará, embelesado, la brutalidad de su personaje y más, siendo el reparto femenino tan poco agraciado (tanto física como interpretativamente).
Y no es que la cosa vaya de quién es más feo o más guapo, sino que es más fácil para el chico que admira a Brando, como para la chica que suspira por sus pectorales sudorosos de virilidad, pensar que Stanley en el fondo tiene algo o toda la razón, pues caló a Blanche desde el principio.

Definitivamente, en “Un tranvía llamado deseo” y en la exagerada actuación de Vivien Leigh no encuentro un viaje hacia la locura de Blanche, sino un enaltecimiento de la violencia, la mentira, la manipulación, la deslealtad, el odio y sobretodo el machismo. Un follón de cosas que no me aportan NADA. La historia es mala y la película no es mucho mejor. Si fuera actual no se comería un pimiento. ¿De verdad creen que esto es una de las mejores películas de la historia del cine?