Me gustan estas películas. Sin grandes pretensiones, sin avalanchas de publicidad previas al estreno, sin preventas. Olvidadas en una sala, mientras los monstruos comerciales se tragan las otras 10 del complejo. Pero también sin grandes pretensiones artísticas, sin ser cine de autor o inentendibles obras maestras de una mente más brillante que la mía. Y me gustan, porque rescatan en mi la capacidad de asombro, con un planteamiento no explorado antes (aunque una resolución de la historia un poco tirada de los pelos). Pero lo que mas me gusta es que es impredecible. Eso la vuelve entretenida y a mi al menos me dejó pensando. Te la recomiendo ampliamente, si no tienes demasiadas pretensiones, o si eres hipocondríaco. Bien puedes no querer que te operen de nada nunca más.