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España España · Madrid
Voto de keizz:
8
Western. Intriga Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido ... [+]
21 de enero de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una diligencia avanza por la nieve. En ella van el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su prisionera Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh). Por el camino se encuentran con el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado convertido en cazarrecompensas que se dirige a Red Rock a entregar tres convictos para cobrar la recompensa. Poco después, se une a ellos Chris Mannix (Walton Goggins), quien afirma ser el nuevo sheriff de Red Rock.

Debido a la tormenta de nieve, la diligencia decide parar en un refugio llamado “La mercería de Minnie”, donde en lugar de su dueña hay cuatro desconocidos: Bob (Demian Bichir) que se ocupa del negocio en ausencia de Minnie, Oswaldo Mobray (Tim Roth), que es el verdugo de Red Rock, un vaquero llamado Joe Gage (Michael Madsen) y el general confederado Sandord Smithers (Bruce Dern). Los ocho viajeros quedan encerrados en la cabaña y poco a poco van descubriendo que no todos son lo que parecen ser.

Podría decir simplemente que “Los odiosos ocho es la nueva película de Tarantino”, y sería suficiente para que los lectores entiendan cómo es la película. Es sencillamente una película de Tarantino, y con eso está dicho todo. Pero como esto quedaría un poco soso, vamos a ampliarlo un poco, no porque haga falta, sino porque quede más aparente.

Pues eso, lo que todo el mundo espera de una película de Tarantino: personajes casi de comic, sangre, excelentes diálogos, humor negro, un magnífico reparto, violencia cuando menos te lo esperas, música inolvidable y un guión espectacular. Si vas a ver una película de Tarantino, sabes que todas esas cosas están aseguradas. Y en “Los odiosos ocho”, también. Todo eso está en la película. ¿Hace falta algo más para disfrutar en una sala de cine?

La película está disfrazada de western, pero no lo es. Simplemente toma los personajes de un western para ponerlos en una situación concreta, pero no es un western. Podría ser una novela de Agatha Christie o una obra de Shakespeare. Tarantino encierra a ocho pintorescos personajes en una cabaña y a partir de ahí comienza a desenredar una madeja argumental que hace que el interés del espectador vaya creciendo a medida que avanza el film.

No soy objetivo. Adoro a Tarantino. Me gusta todo lo que hace, y disfruto con cada minuto de cualquier película suya. Por lo tanto, probablemente caeré en el exceso al elogiar la película. Como el propio Quentin cae en el exceso en todos sus films. En éste en particular, hay excesos por todas partes, todo es exceso en “Los odiosos ocho”, pero para mí lo único odioso de la película es el título. El resto es puro Tarantino, puro exceso, puro disfrute, una orgía de cine tarantiniano de tres horas.

No hay en esta película los altibajos que había en “Malditos bastardos” o en “Django desencadenado”, aquí la película va siempre hacia arriba (con algún momento menos interesante en el tramo central), con un montaje perfecto y unas interpretaciones a la altura de lo esperado de un elenco tan selecto como el que interviene en este film.

Uno de los puntos más fuertes de la película es la música que corre a cargo del maestro Ennio Morricone. Es una de las cosas que más huella te deja y que más gozas desde la primera nota que suena al empezar la película. En cambio, a diferencia de otras películas, en ésta no hay muchas canciones. Una de White Stripes al principio, y otra de Roy Orbison al final. No se si hay alguna más en toda la película. En cuanto a la fotografía, una locura, un espectáculo, no se puede hacer mejor.

Las interpretaciones rayan a gran altura. Por encima de todos brilla con luz propia Samuel L. Jackson, un actor al que Tarantino siempre le saca lo mejor de sí mismo. El monólogo que hace ante el General hablando de lo que le sucedió con su hijo pasará a la historia . La medalla de plata sería para Jennifer Jason Leigh, y luego vienen todos los demás, entre los que se encuentran actores a los que adoro como Michael Madsen y Bruce Dern. También quiero mencionar a Walton Goggins, un actor que me cautivó en la serie “Justified” y que aquí demuestra que está para empresas mayores. Lo que menos me gustó es ver a Tim Roth haciendo de Christoph Waltz.

Como de costumbre, Tarantino no hace que te cuestiones nada, ni busca llegar al fondo de tu alma. En esta película toca temas como el racismo, con toda naturalidad, sin que te plantees nada al respecto. El humor lo solapa todo, y lo mismo te ríes con una escena racista como cuando le pegan un puñetazo a una mujer. Para Tarantino no es difícil conseguir que te hagan gracia cosas que, hechas por otro, no la tendrían.

A mi juicio, como ya me pasó otras veces con él, a la película le sobra media hora. Pero aún así, pocas veces tres horas pasan tan rápido. No es una obra maestra, ni su mejor película, pero “Los odiosos ocho” es magnífica. Tarantino es un director singular, con un estilo único, pero especialmente su capacidad para dirigir actores y para crear excelentes guiones parece ilimitada.

Lo bien que me lo pasé no lo puedo transmitir aquí por mucho que escriba. Como máximo, podré acercarme a ello diciendo simplemente que fui a ver la última de Tarantino. Más explícito no puedo ser.

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keizz
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