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España España · Madrid
Voto de keizz:
8
Documental. Comedia Muchos hijos, un mono y un castillo son los deseos con los que soñó Julita Salmerón desde niña, y los tres se han convertido en realidad. Cuando el menor de sus hijos se entera de que su madre ha perdido la vértebra de su bisabuela asesinada, guardada a lo largo de tres generaciones, la familia emprende una divertida búsqueda entre los más peculiares y extraños objetos que Julita ha ido acumulando a lo largo de sus más de ochenta años. ... [+]
11 de enero de 2018
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gustavo Salmerón dirige su primer largo con este documental en el que retrata a su excéntrica madre, una mujer octogenaria llena de vitalidad y con un pasado muy interesante que contar. Hablando con ella delante de la cámara, Julita le revela a su hijo menor que guarda una vértebra de su abuela, asesinada en la guerra, pero que no sabe exactamente dónde la tiene. Esto hace que toda la familia se ponga a buscar la vértebra en los centenares de cajas que tiene Julita guardadas por toda la casa.

En realidad, la película parece un documental familiar de estos caseros que en algunas familias se hacen de vez en cuando, montando trozos de películas familiares. Uno al verla piensa que cualquiera puede hacer una película así. Pero lo cierto es que funciona. Puede parecer chocante si lo piensas, ¿a quién le puede interesar la vida de esta señora? En principio, a nadie, salvo a su propia familia (ella misma lo dice en la película), y sin embargo estás en el cine atrapado por la película y la ves con absoluto interés durante todo su metraje.

Gustavo Salmerón nos introduce dentro de su extensa familia y tardamos poco en sentirnos cómodos dentro de ella. Julita nos va contando su vida con una naturalidad, una espontaneidad y un sentido del humor que te absorbe desde el principio. Lo cuenta todo sin tapujos, se siente cómoda delante de la cámara y lo mismo lo hace mientras se come unas tostadas que mientras está en la cama a punto de acostarse, quejándose una vez más que si se muere durante la noche su marido no se va a enterar porque está sordo.

La búsqueda de la vértebra de la bisabuela de Gustavo pone a toda la familia en faena y nos brinda escenas divertidas en las que descubrimos que Julita guarda cientos de cajas con contenidos tan inesperados y jocosos como las etiquetas que les pone a cada una de ellas. Julita no tira nada, todo lo guarda. Según ella, tirar cosas es tirar parte de tu vida. Así que encontrar la vértebra entre tanto trasto es toda una misión, muy difícil de lograr.

Gustavo Salmerón ha estado rodando este documental durante los últimos catorce años. Supongo que sin saber muy bien cómo dar forma al material que iba grabando. Tantas horas de película para al final elegir un montaje y darle una dirección al film. Finalmente, la búsqueda de la vértebra es lo que vertebra (valga la redundancia) el film. A partir de ahí se va hilando todo, y el documental es la historia de una familia pero en el que se pueden ver reflejadas muchas familias de varias generaciones de españoles, pues más allá de las peculiaridades de cada uno, hay comportamientos sociales y situaciones en las que todos nos podemos ver reflejados, y aspectos familiares que no nos resultan ajenos en absoluto.

El experimento de Gustavo Salmerón es todo un éxito. Le ha salido una película digna de verse y que seguramente pasará a la historia. Un documental diferente a todos, una comedia emocionante y enérgico en el que se nos muestra sin pudor una familia que en la que las han pasado de todos los colores pero que en las buenas y en las malas siempre han estado unidos. Cuando la crisis económica hace que pierdan el castillo, Julita está contenta porque aunque ha perdido su bien más valioso, tiene a todos sus hijos allí con ella varios días ayudando a hacer la mudanza de las incontables cosas (la mayoría absurdas) que guarda Julita, quien se niega a tirar nada.

Vale la pena pasar 90 minutos en el cine para descubrir a esta mujer que soñaba que hacía croquetas de Primo de Rivera, que quiere que cuando muera la claven una aguja de punto por si acaso no ha muerto del todo, que fue de la Falange y aún no se ha borrado, por lo que tiene uno de los números de afiliación más bajos, pero al mismo tiempo se declara masona, y que a sus ochenta años le recrimina a su marido que ya no la toque (“se que ya no me tocas porque estoy gorda, pero tú estás sordo”, le dice en la mesa).

“Muchos hijos, un mono y un castillo” es una propuesta insólita que no hay que perderse. Y Gustavo Salmerón, todo un hallazgo. Espero que sea la primera de una larga carrera como director. Estamos ante una película diferente a todas, que desprende autenticidad, un film que hipnotiza, divierte y emociona. Una película que podría hacer cualquiera. Pero la ha hecho él.

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
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