Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de keizz:
7
Drama Una noche, un hombre de 32 años, que conduce su coche a una velocidad muy superior a la establecida, atropella a un niño que muere poco después. Al temerario conductor le espera una pena de prisión de entre tres y quince años, pero su madre, una arquitecta de la clase alta de Rumanía, intentará evitarlo por todos los medios. (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2014
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cornelia (Luminita Gheorghiu), una mujer de sesenta años perteneciente a la alta sociedad rumana, se siente desgraciada porque su hijo Barbu (Bogdan Dumitrache) de 34 años vive independiente, no llama ni visita a su madre tanto como ella quiere, y encima tiene una novia que no le merece. De repente se produce un accidente de tráfico. Barbu atropella a un niño que muere como consecuencia del golpe. Tiene serio peligro de ser encarcelado por el atropello, pues conducía con exceso de velocidad. Cornelia usará todo su poder y sus contactos para evitar que su hijo vaya a prisión.

Película muy realista, con algunas escenas que parecen rodadas como vídeos caseros, rozando en algunos momentos el estilo de los documentales, pero dotada de una gran tensión dramática. Un film nada amable, que no da respiro ni hace concesiones, y tan áspero y contundente como su protagonista, la mujer que sostiene esta obra.

Dirigida por Calin Peter Netzer, “Madre e hijo” tiene un estilo bastante peculiar. Ciertas escenas de conversaciones inusualmente largas pero a la vez brillantes, en las que la cámara, en lugar de hacer plano / contraplano, como es lo habitual, va enfocando alternativamente a uno y otro contertulio, como si fuera el espectador el que está mirando y manejando la cámara. Todo esto con encuadres nerviosos, que al principio marean un poco, pero que terminan quedando bien.

Esta película es, por encima de todo, el retrato de Cornelia, la madre absorbente, manipuladora y controladora, que se desespera cuando comprueba que su hijo se escapa de su lado, y aprovecha el accidente de coche y el miedo del hijo para lanzar sobre él su manto protector con la esperanza de frenar así su huída y retenerlo a su lado.

Todo ello magníficamente representado por la actriz Luminita Gheorghiu cuya interpretación es sobrecogedora. Desde el principio de la película, cuando se muestra fuerte, poderosa, controlando todo su entorno, emergiendo como la reina absoluta de la película, hasta el final cuando termina por mostrar su lado más sensible, vamos asistiendo a su paulatino desmoronamiento plasmado por la actriz de un modo absolutamente convincente, dejando una actuación espectacular, histórica.

A mucha distancia, tampoco está mal la actuación de Bogdan Dumitrache, el hijo pusilánime de 34 añazos, que se arrastra por la vida con el lastre de una sobreprotección materna que le ha impedido desarrollar una personalidad propia para enfrentarse a las cosas, acostumbrado a que su madre le resuelva todo y le saque de todos los apuros. Es un manojo de miedos fruto de la personalidad posesiva de su progenitora. Ahora lo único que quiere en la vida es liberarse de ella, desatar los nudos que le han impedido avanzar como ser humano, empezar a vivir.

De alguna manera, aunque sin profundizar, la película toca la situación social de Rumanía, y nos muestra las terribles desigualdades que se producen en un país en el que de repente hay unos pocos ricos y muchos pobres. Un país en el que la corrupción está a la orden del día. Pero todo esto mostrado de un modo muy sutil, casi sugerido, por lo que en ningún caso se puede considerar un film de denuncia social, en absoluto.

Me llevé una grata sorpresa con esta película. Es de esas en las que el espectador comprende perfectamente a cada uno de los personajes. Entiende los motivos de todos para actuar del modo en que lo hacen, y comprende sus sentimientos, lo que automáticamente la convierten en una película de alto nivel. A menudo tienes la sensación de estar dentro de la pantalla asistiendo de un modo muy cercano a las conversaciones que se producen, y participando de las emociones de sus personajes, su dolor, sus miedos.

Y el final rebosa talento. Inolvidable, a pesar de amenazar con resultar lacrimógeno, Netzer lo resuelve con una inesperada maestría, con una escena final preciosa, original y poética, que se cierra de un modo brusco, y que hace que salgas del cine impresionado y contento de haber elegido esa película para pasar la tarde y para recordar una buena temporada.

http://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow