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España España · Madrid
Voto de keizz:
6
Drama Basada en hechos reales. Philomena Lee, una adolescente irlandesa que vivía en un internado de monjas, se quedó embarazada y se vio obligada a dar a su hijo en adopción. Cincuenta años después, decide contárselo a su hija y se pone en contacto con un periodista de la BBC para que le ayude a contar su historia y a encontrar a su hijo. (FILMAFFINITY)
16 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en hechos reales, cuenta la historia de Philomena Lee, que tuvo un hijo siendo muy joven en el colegio religioso donde vivía. El niño fue entregado por las monjas en adopción y ella estuvo cincuenta años buscando a aquel niño. Un periodista que ha salido mal parado del periodismo político y quiere escribir un libro, la ayuda a buscarlo.

Es la enésima película que veo de Stephen Frears. No tengo una base de datos donde poder comprobarlo, pero me atrevería a asegurar que Frears está entre los diez directores de los que más películas he visto en mi vida. La primera que recuerdo suya fue “Los timadores” (luego he visto otras anteriores pero yo las vi después, como “Las amistades peligrosas” o “Mi hermosa lavandería”), y la que más me gustó cuando la vi fue “Café irlandés”, más incluso que “Alta fidelidad” que, por temática, tenía todas las papeletas para saltar al número uno.

El hecho de que haya visto muchas de Frears no significa que sea uno de mis directores favoritos. Creo que ha firmado demasiadas películas malas como para tenerle en un pedestal. Su filmografía es muy irregular. Tiene mi respeto pero no mi total admiración.

En esta ocasión le ha salido una buena película, probablemente no será la mejor de su carrera, pero desde luego tiene muchísima más dignidad que bodrios como “La camioneta” o “Tamara Drewe”

“Philomena” era una obra que tenía mucho riesgo de ser tildada de sensiblera, ya que el tema da para buscar la lágrima fácil en el espectador. Yo creo que Frears ha intentado evitar esto. Ha querido tocar la fibra sensible pero alejándose del efectismo lacrimógeno, que tan fácil le habría resultado. Pienso que incluso se le ha ido la mano, y que le ha quedado un tanto fría. A mi personalmente si que me llegó pero yo soy muy fácil para las emociones, así que no sirvo de termómetro.

Para añadirle credibilidad al tema (aunque no era necesario, ya que todos sabemos que se trata de una historia real), Frears utiliza imágenes de video doméstico en varias fases de la película. Esto queda bastante bien porque le añade realismo y además ilustra mucho mejor los numerosos flashbacks que existen en el film. Me pareció una buena manera de poner al espectador en situación y una buena muestra de que este tipo conoce muy bien su oficio.

Lo que no creo que le haya quedado muy acertado es el planteamiento que hace sobre la fe católica, la existencia de Dios, el debate religioso en definitiva. Lo expone en varias ocasiones mediante el diálogo entre los dos protagonista (ella católica como casi todos los irlandeses, él ateo) pero no termina de quedar bien. No provoca reflexiones sobre el tema en el espectador.

Como digo, la película intenta llegar al corazón del público de un modo muy sutil, y para quitar hierro al tremendo drama que el argumento muestra, se recurre al sentido del humor. Este es el principal arma de la película para evitar la lágrima fácil. Y la verdad es que se agradece esa dosis de humor. Un humor casi escondido, muy británico, pero siempre latente y que ayuda a digerir la terrible situación que se nos muestra.

Lo mejor del film, con mucha diferencia, es el trabajo de Judi Dench, que compone un personaje extraordinario y que se convierte en la principal culpable de casi todo lo bueno que sucede en la película. Talento interpretativo en estado puro. Crea un personaje tierno, humilde, y lo dota de una rebosante humanidad que llega nítidamente hasta el alma del espectador, que no puede permanecer indiferente ante lo que desprende ese rostro y las emociones que refleja.

Además, queda muy bien con Steve Coogan. Hacen una buena pareja porque sus personajes son totalmente opuestos y se complementan perfectamente. Por cierto, que yo creo que Coogan hace de sí mismo, tanto en esta película en la que interpreta al escritor y periodista Martin Sixsmith, como en las demás en las que le he visto actuar. Steve Coogan es un personaje en sí mismo y siempre hace de Steve Coogan. Es lo mismo que le pasaba a Bogart o a Agustín González.

Pese a que la película es formalmente muy correcta, a mi juicio le faltan cosas para ser redonda. No tiene “punch”. Es como esos boxeadores que lo hacen todo muy bien pero no pegan muy fuerte, no hacen daño. “Philomena” no le atiza al alma del espectador, no dejan huella sus golpes. Y eso que el tema da para ello. Los niños robados que tan de moda están en España es algo que a todos nos indigna. Una cosa más que tenemos que agradecerle a la Iglesia Católica. Por eso creo que en parte falla ahí, deberíamos haber salido todos del cine con los bolsillos llenos de kleenex usados, y no fue así.

A destacar la parte visual y musical. Muy buena fotografía y algunos planos muy bonitos del paisaje irlandés que tanto me gusta. Y la música, magnífica. Una vez más el gran Alexandre Desplat, que ya me emocionó con su música en “La Venus de las pieles” hace aquí otra excelente demostración. Un regalo para los oídos.

Sin ser memorable, ”Philomena” tiene encanto, resulta muy agradable de ver y hasta diría en por momentos agradeces que no te manipulen emocionalmente. Quizá lo que menos me convenció fue la parte final, un tanto atropellada, como si tuvieran prisa por terminar, creo que el film merecía un final con mejor ritmo, bien explicado, más acorde con el resto de la película.

http://keizzine.wordpress.com/
keizz
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