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España España · Madrid
Voto de keizz:
7
Drama En un remoto valle de Islandia, dos hermanos que no se hablan desde hace más de cuarenta años deberán unir fuerzas para salvar su bien más preciado: su rebaño de carneros. (FILMAFFINITY)
14 de enero de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Grimur Hakonarson narra una historia sencilla que arranca con un concurso de carneros que resulta ser más que nada una batalla entre dos hermanos irreconciliables. Ambientada en Islandia, y adornada con sus increíbles paisajes, “Rams” pone delante de nosotros la vida de estos personajes solitarios, que hablan con sus ovejas, con su perro, pero no con su hermano que vive en la casa de enfrente. El orgullo, la testarudez, serán puestos a prueba cuando los hermanos tengan que unirse contra un enemigo común que pretende acabar con lo que más quieren: sus ovejas.

Hakonarson crea un film sobrio, muy europeo, cargado de contenido y de contención. Sabe crear la tensión necesaria para que sigas la película con total interés pese a los pocos diálogos y a la cantidad de escenas que simplemente muestran la cotidianidad de la vida de esos ganaderos. El sentido del humor, presente en todo momento, y la emotividad de su parte final, terminan de configurar un producto apto para cualquier paladar.

El sentido del humor en esta película (humor negro habitualmente) es totalmente necesario para poder digerir el drama que narra. Sonríes, pero el alma se encoje. El modo en que el ser humano es capaz de llevar la testarudez hasta las últimas consecuencias, la manera en que los sentimientos guardados dentro de uno pueden hacer daño… es una película para comentar. Y ese maravilloso final que te deja helado, literalmente.

Hakonarson, acertadamente, no nos muestra las razones del odio entre los hermanos. Poco importa. Sean las que sean, seguro que no vale la pena estar cuarenta años sin hablar a tu hermano. Lo que importa no son las razones del odio, sino las consecuencias, y es en esto en lo que se centra Hakonarson. Uno pasa la película esperando que en cualquier momento se desencadene la tragedia y asistamos a una reedición de la historia de Caín y Abel, con la diferencia de que aquí no hay uno bueno y uno malo sino dos rivales que viven pendientes del otro, compitiendo permanentemente en una espiral que da lugar a situaciones absurdas de dos viejos que se comportan como niños.

Islandia es protagonista permanente de la película. El tono costumbrista es parte fudamental del film. El espectador se ve transportado a ese lugar tan peculiar. Se puede uno recrear en ese paisaje de horizonte lejano, en ese cielo tan especial. Casi se puede sentir el olor a ganado del establo. El frío del invierno islandés llega hasta las butacas. No es que el espectador se meta en la película, es ella quien viene hacia nosotros. Hola, Hakonarson.

La fotografía y la música son correctas, pero no destacan especialmente. Funcionan bien dentro del contexto del film, pero pasan desapercibidas como elementos individuales.

Las interpretaciones son sólidas. Los dos protagonistas dan vida a sus personajes con total credibilidad. Cuesta pensar que estos dos viejos gruñones no sean realmente los hermanos de la historia sino actores que representan un papel. Los animales también tienen mucho protagonismo en la historia. Tanto los carneros y las ovejas como el perro de Kiddi, que sirve tanto para cuidar el rebaño como para hacer de mensajero entre los dos hermanos.

Me gustó que dentro de la propuesta sencilla de “Rams” haya complejidad y mucho contenido. Es como los propios protagonistas, gente simple, callada, solitaria, pero complejos e incoherentes. Son los últimos de su estirpe. Sin mujer ni hijos que den continuidad a su sangre, sólo las ovejas pueden dar sentido a los últimos años de sus derrotadas vidas. La película retrata esas contradicciones. Nos gusta la soledad, vivir a nuestra manera, no dar explicaciones, pero por otra parte necesitamos compartir, vivimos por los demás…

Hakonarson nos desvela, por si no lo sabíamos, que somos raros. Que, a menudo, lo que hacemos tiene poco que ver con lo que sentimos. Que, curiosamente, hay gente que trata peor a quien más quiere, que cree que se pone a salvo del profundo amor que siente por alguien tratando de demostrar lo contrario.

Pero bueno, ser un poco contradictorio es lo menos que te puede pasar, viviendo allí arriba, aislados de todo, con un clima tan hostil, toda la vida cuidando ovejas…

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keizz
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