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España España · Madrid
Voto de keizz:
8
Drama En una reunión con su banquero, el dueño de un pequeño negocio, que se gana la vida conduciendo un taxi, descubre que tiene que pagar un soborno para obtener un préstamo. El comité que revisó su queja de extorsión ahora quiere cobrárselo. Fuera de sus casillas, dispara al banquero y se dispara a sí mismo. El incidente causa revuelo a nivel nacional, cuestionando el desencanto de la sociedad. Mientras tanto, seis taxistas y sus pasajeros ... [+]
14 de diciembre de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Destinos”, dirigida por Stephan Komandarev e interpretada por Ivan Barnev, Georgi Kadurin, Borislava Stratieva, Anna Komandareva y Vassil Vassilev entre otros, nos retrata la dramática situación de Bulgaria a través de pequeñas historias que suceden en los taxis en una noche en Sofia. Magníficamente rodada y con vocación de documental, la película con sus tremendas historias cotidianas embriagan al espectador, que se queda con ganas de más historias y de saber qué pasa al final con cada pasajero y cada taxista.

No he estado en Bulgaria, pero después de ver esta película, es casi como si hubiera estado. El retrato que hace Komandarev es definitivo. “En Bulgaria solo existen los optimistas, puesto que los pesimistas y los realistas emigran”, dice uno de los protagonistas. La desigualdad, la corrupción, el pesimismo y la pobreza ahogan a una población que no ve salida a su situación.

Es inevitable evocar películas como la iranesa “Taxi”, de Panahi, o la inolvidable “Night on Earth”, de Jarmusch, que son otras películas que se desarrollaban en taxis. Pero ésta no se parece a ninguna de aquellas, salvo en el hecho de que se trate de historias que suceden en los taxis. No tienes en ningún momento la sensación de estar viendo algo que ya has visto antes. Es una película distinta, y lo que cuenta no tiene nada que ver con aquellas que mencioné antes.

El gancho que atrapa al espectador es la veracidad que desprende la película. No parece una película que haya requerido montaje, es como si todo se hubiera rodado en una sola toma, lo que hace que el público se implique inevitablemente con lo que ve, es como si nosotros también viajáramos en el taxi y viviéramos la historia.

En la película se da a entender que uno se hace taxista como último recurso. Ninguno de los taxistas ha llegado a serlo por elección, sino por que ha termiando conduciendo un taxi por las circunstancias de la vida o problemas de su pasado. Hay incluso un cura conduciendo un taxi. En apenas un par de frases, el espectador se entera del motivo que ha llevado a cada taxista a ejercer ese oficio. Aunque se supone que los pasajeros son los de las historias importantes, son los taxistas los personajes más interesantes de la película, a mi juicio.

Por los asientos de esos vehículos amarillos que recorren nocturnamente las calles de Sofia pasan borrachos, jóvenes violentos, putas, mentirosos, pusilánimes y hasta algún profesor desesperado que quiere suicidarse (“Hablo siete idiomas, soy doctor en filosofía, y sin embargo gano 600 levs al mes y mis alumnos se ríen de mi”). Los diferentes perfiles que tienen los clientes y los taxistas dotan a la película de la diversidad necesaria para que el espectador esté siempre interesado en lo que ve, a pesar de que todos los personajes están cubiertos por el mismo velo de precariedad social.

Lo mejor de la película es el guión, excelentemente estructurado y capaz de hacer que todas las historias tengan interés (cosa muy difícil de conseguir cuando hay tantas pequeñas tramas) y estén bien conectadas las unas con las otras. También me gustó mucho la atmósfera que crea el director, esa noche en Sofia visualmente demoledora, la potencia de sus imágenes y los pequeños pero efectivos toques de humor entre tanta miseria humana.

En cuanto a lo menos bueno, poco puedo decir. Quizá la historia del reencuentro con el pasajero que recoje en el aeropuerto me resultó poco creíble tanto en su planteamiento como en su desarrollo. Pero no desmerece en absoluto en el resultado final de un film que para mí es una de las mejore películas europeas del año.

Y es que si la película te atrapa por completo y la ves con interés creciente, si cuando termina te quedas con ganas de más… no puedes hacer otra cosa que alegrarte de que en medio de tanta tristeza que vive Bulgaria, al menos haya un motivo de alegría. Y me congratulo de que se haya hecho precisamente allí una película con esa elocuencia narrativa, que haya sido capaz de mostrarnos el paisaje social de todo un pueblo y transmitir la problemática de todo un país desde un punto de vista tan limitado como lo es el cubículo de un taxi.

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keizz
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