La trilogía de Blade podría ser calificada de mediocre, absurda e, incluso, boba. Salvo la segunda película a cargo de Guillermo Del Toro, que resultaba interesante, las otras dos eran subproductos de la más ínfima calidad.
No hace falta decir que todas fueron éxito de taquilla.
Y entonces produjeron una serie que es infinitamente superior a cualquiera de los films, tanto argumentalmente como en el interés y el desarrollo de los personajes. Mucho mejor que los mediocres films. Y como siempre, la calidad está condenada al fracaso por culpa de una audiencia potencialmente boba.
Interesantes giros argumentales, personajes muy bien definidos (de hecho, Blade vuelve a ser el personaje menos interesante de los presentados) y una trama que (especialmente en los últimos capítulos) engancha al espectador, hacen de Blade una de las series más interesantes que he tenido el placer de encontrar últimamente.
Es una pena su cancelación, pues algunas tramas quedaron inconclusas.
Una serie más que decente.