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China China · Qingoco
Voto de Txarly:
1
Ciencia ficción. Acción En víspera del 4 de julio, unas gigantescas naves espaciales aparecen en el cielo. El estupor inicial se convierte en terror al ver cómo atacan el planeta lanzando rayos destructivos contra las mayores ciudades del mundo. La única esperanza de salvación está en manos de algunos supervivientes, que se unen planeando un ataque masivo contra los alienígenas, antes de que sea demasiado tarde. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2006
280 de 540 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estudiábamos en Bilbao y era una tarde noche de ésas grises que se dan por estos lares.

-Qué... Javi... ¿Vamos al cine?
-Venga. ¿Qué echan?
-¿Vamos a ver la de los putos marcianos ésos?
-No me jodas!!
-Tío, que ya la ha visto todo dios. Y no paran de hablar de esa mierda.
-¿Nos hacemos un chiflo?
-No Javierrrr... ésto hay que verlo a pelo.
-Está bien. Pero como sea un muermo yo me abro.
-De acuerdo.

Y para allá fuimos. Última sesión. Diez de la noche. Llevaba casi tres meses en cartelera. Situación de la sala: escalonada. Dos parejas de amiguetes cuarentones que no tenían nada mejor que hacer aquella noche, un anciano con pinta de bohemio, una tía rara y otra pareja al fondo. Diez personas. Diez de la noche. Moooooooovierrecooorrrrrdddd.... tuturuturuuuu.... y tal y tal... Trailers variados. No recuerdo ninguno en especial. Luces fuera y a sumergirnos en la magia de esto del cine.

Empiezan a presentarnos a los actores. Cliches y más cliches. Muermo y más muermo. Todos guays. Un tipo en bici que entra dónde le sale de los cojones. Más muermo. El padre del de la bici, su ex y la madre que los parió. El presidente USA. Risas. Un disparo. Un millón de peña a tomar por culo. Más risas. Un alcohólico con pinta de subnormal. Comienzo a dar pataditas nerviosas. Me temo lo peor. Otro disparo. Un millón más de humanidad a la mierda. Más risas. Vemos que el ordenador funciona sobre el cielo de Washinton. Acojona por un momento. Risas. Primeros ssssshhhhhh... de las dobles parejas. Más risas. Will Smith entre John Wayne y Peter Sellers. El tipo no se aclara. Risas. El presidente toma el mando y pilota. Muchas risas. Otro disparo. Un millón menos en la India. Siguen las risas. Oigo voces. Alguién nos pide que nos callemos. Observo la procedencia del sonido y la estúpida concentración que se destila dos filas hacia delante. Soy un imbécil. Más risas. De repente alguién dice... no se llevarán la tele (o era en Mars Attack?), da lo mismo. Risas. Will Smith saluda a un marciano de ésos. Descojono a tope. Nos cambiamos de butaca. De repente aparecen en el desierto. Qué ha ocurrido? Da igual. Siguen las risas. Chocan los cinco. Más risas. El alcohólico toma una determinación. Adios a los cubatas de dos dólares. Kamikaze. A carcajada limpia. Caen como moscas. El hijo llora. Nosotros también. Terminamos los títulos de crédito. Cansancio. Mucho cansancio. Salimos. Hace sólo un par de meses que han inaugurado el Guggenheim. Lo observamos desde el otro lado de la ría. Muchas risas. Pero muchas.
Txarly
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