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China China · Qingoco
Voto de Txarly:
8
Thriller. Drama El magnate Robert Miller (Richard Gere), retrato perfecto del éxito tanto profesional como familiar, aparece siempre acompañado por su fiel esposa (Susan Sarandon) y por su hija y heredera (Brit Marling). Pero, en realidad, Miller está con el agua al cuello: necesita urgentemente vender todo su imperio a un gran banco antes de que se descubra que ha cometido un fraude. Además, a espaldas de su mujer y de su hija, tiene un romance con ... [+]
31 de octubre de 2012
45 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace algún tiempo un honorable miembro de esta página que responde al ficticio pseudónimo de Gilbert, se sorprendía ante un comentario mío sobre Richard Gere. Defendía yo en aquellos días las virtudes de la cinta "Bailamos" de la que él era protagonista y sostenía que uno de los méritos de aquella película es que Richard Gere salía muy guapo. Lo verdaderamente increíble es que 7 años después, el tío se ha superado.

Si con cincuenta y pico tacos ya lo partía en Bailamos, lo cierto es que con 63 castañas recien cumplidas Don Richard está impresionante. Y lo digo sin ningún ánimo homosexual. Me limito a constatar un hecho. Un tipo con ese peinado de 200 dólares, ese cutis y esos trajes de 3.000, no puede ser una mala persona. En realidad la película es lo de menos, no hace falta subir al Everest o pisar la Luna para darse cuenta de nuestra insignificancia en relación al Cosmos. Con mirar a un tipo de 60 y pico que está más que estupendo, tu propio cerebro se replantea tu papel en este mundo, es decir, hay que cambiar de hábitos, de pareja, de coche o de condado, que lo demás es perder el tiempo. El fin es llegar a esa edad con ciertas garantías de plenitud, lo demás es irrelevante.

¿Y el personaje? Bueno, lo cierto es que lo hace magistralmente. Interpreta a uno de esos tíos que en un día tonto con un par de llamadas de móvil, tres o cuatro toques con el ratón y 9 hoyos de golf después, consigue que dentro de un año estés a 6.000 kms. de distancia durmiendo debajo de un puente porque te han echado del curro y no has podido con la hipoteca de la casa. Pues te jodes. Por anormal. Al menos te quedará el consuelo de haber sido desahuciado de por vida por un tipo como Richard, que tiene glamour, y no como, por ejemplo, el Botín del Santander, que al lado del neoyorquino fascina tanto como una canica al lado de la pirámide de Kefren.

Mención especial para el papel de Tim Roth. En realidad sólo iba a aparecer originalmente durante diez minutos en pantalla al comienzo de la peli, tomando unas cuantas notas y diciendo alguna frase palera de poli mentecato entre plano y plano, para luego no volver a salir y dedicarse a poner multas a alguna negra gorda en el East Village. Entonces la pregunta sería... ¿por qué coño insiste en perseguir a Richard si el tío no ha hecho nada? Pues por envidia señores. Pura y simple envidia. Nuestro ex reservoir dog también lleva traje y corbata, también intenta peinarse, y también lleva cutis, aunque inteligentemente lo cubre con una barba de color melaza. Pero seamos serios, no le queda igual. Y Tim lo sabe. Por tanto, el equipo de producción de la película tuvo que soportar una notable presión por parte del actor para aparecer más minutos en pantalla y dotar de más relevancia a un personaje tan segundón como insípido. Al final lo consiguió y ahí están los resultados, que cuando comparten secuencia Tim Roth está todo el rato tirándose pedos y eructando delante de Richard Gere. Ya sé que igual no se aprecia bien, pero es que hay que fijarse un poco, kontxo!!

Y así, cuando de repente te encuentres en un bar hablando sobre la peli y algún fontanero o estibador o entrenador de paddle te responda que a él también le queda igual de bien un traje de 3.000 dólares, si portas algún tipo de botellín en la mano derecha durante esos instantes, te sugiero que se lo partas en la cabeza y salgas después del garito con tranquilidad, recordando que tú no discutes con lunáticos.

En definitiva, película que destapa el culmen de la belleza masculina y que dejará un buen sabor de boca en tus retinas. O no. Y además es un padre estupendo. No se le puede pedir más.
Txarly
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