Es duro aceptar después de verla que el tipo que rodara El dilema unido al protagonista de Cocktail pudiesen hacer algo más que reventar granos de acné en el rostro de cualquier impuber que pasara a seis kilómetros del rodaje de la película. Y uno se pone a verla por muchos motivos, pero nunca se permite asistir a la sala o al dvd con prejuicios relacionados con el curriculum vitae de los mentados.

La sorpresa en el cine es una cualidad similar al chispazo de un genio. Porque dicen que todo está inventado. Yo siempre digo que todo está por inventar. No hay más que echar un vistazo al último dibujo de MBastardo (que crack, el dibujo definitivo en FA hasta nueva orden). Y para mí, la película diez tiene siempre la grata coincidencia de sorprenderme, porque no logro adivinar que ocurrirá después. Porque el montaje (lineal o no), no interviene para despistarme. Porque la música no me distrae sino que me envuelve. Y los actores logran que me crea su interpretación y el director hasta consigue caerme bien. Porque se lo curra!!

Y en Collateral, aún reconociendo que no inventa nada... me sorprende. Sobre el cienciólogo se pueden decir muchas cosas, pero no se le puede negar que las canas y el plan malote le sientan bien. Jamie Foxx quizá no llega a dar ese callo que sí dan tanto Cruise como Mann, pero no desentona. La atmósfera hipnótica que impregna toda la obra me sorprende. Observo alelado como acontecen los diversos pasajes... 1... 2... 3... 4... fueras de campo, primeros planos que son oro, panóramicas, travellings... con una maestría que me deja perplejo. Y pienso que este tipo no es el que ha realizado obras como El dilema o Alí sino que se parece más al joven que realizara El último mohicano, revitalizando el pérdido género de aventuras.
Y continúo viéndola hasta el convencional pero elegante final que tampoco me esperaba, y me gusta. Y consigue que no me importe la pueril casualidad que reune al trío los minutos finales porque sabiendo que hace trampa, consigue causarme tensión sobre lo obvio, y éso en mi mundo es un absurdo improbable. Y el tío lo consigue. Y me sorprende. Y me levantó del asiento. Y aplaudo con ganas concediéndole dos orejas y el rabo, aun sabiendo que esta película no es de diez. Es de 9.3.

"Tiene gracia. De todos los taxistas de la zona me ha tocado un Freud con pretensiones."