Lo siento, pero odio esta clase de películas. Russel Crowe es un gran actor (ni Gladiator ni nada, para mí su mejor papel lo hace en 'American Gangster'), Ron Howard es un tipo competente, pero no me convencen las películas prefabricadas para los Oscars.
Es como una fórmula. Sólo necesitas una historia real como base, actores con cierto renombre, y un director, como ya he dicho, competente. La historia, a ser posible, la de alguien con problemas mentales o personajes reales controvertidos ('El último rey de Escocia', 'La dama de hierro'), que desencadene en un reto de superación personal, edulcorado con amor y una música manipuladora que te dice cuándo debes llorar, cuándo reír, cuándo emocionarte. Convierte una enfermedad como la esquizofrenia en algo superfluo, un reclamo publicitario, una excusa para entrar en los Oscars con una historia que, en sus tripas, en su corazón, en su esqueleto, es la misma fórmula de siempre.