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España España · madrid
Voto de DiViDi:
5
Musical Un centenar de bailarines han de realizar unas pruebas en el escenario de un teatro para demostrar si son aptos para la comedia musical que prepara el reputado y estricto Zach. De manera implacable se va desarrollando la selección hasta que solamente queden los elegidos. Entre los candidatos está Cassie, que fue la amante de Zach y que lo dejó para probar suerte en Hollywood. Tan sólo ocho artistas superarán esta despiadada competición. (FILMAFFINITY) [+]
8 de diciembre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Era el grandilocuente Richard Attenborough el peor director posible para adaptar un musical? ¿Y para adaptar este musical? En vista del resultado, probablemente sí.

Claro que un Michael Douglas aún más inexpresivo y antipático que de costumbre, no ayuda mucho.

La primera vez que vi esta película me pregunté cómo A Chorus Line podía ser uno de los títulos más vistos, aplaudidos, premiados y representados de la historia de Broadway, ahora que he visto vídeos de actuaciones en directo lo que me pregunto es cómo se pudo adaptar tan mal a la pantalla.

En las representaciones se escuchan risas durante gran parte del primer acto, viendo la película es difícil reírse, hasta sonreír cuesta.

¿Conocéis "La princesa prometida", el libro, no la película? El autor asegura que ha encontrado un viejo libro y que ha hecho de él un expurgo para dejar solo "las partes buenas". Pues en este caso parece que alguien se hubiera esforzado en quitar todo el humor y toda la diversión posible para dejar solo el dramón y la psicología de andar por casa.

Y encima de eso, añadir un montón de imágenes (que no aportan nada) de Michael Douglas mirando al escenario poniendo siempre cara de... bueno, poniendo cara de Michael Douglas.

Ah, también se añade un montaje de imágenes, que interrumpe uno de los números musicales más divertido, digno de vídeo clip de los 80, para contarnos una supuesta historia de amor del ínclito Douglas y una de las bailarinas. A lo mejor es que alguien odiaba el género musical y se vengó así, es lo más verosímil.

¿Qué queda? La mayoría de los números musicales tomados aisladamente, el talento de los bailarines (brillantes cantantes a su vez) y momentos que ni siquiera Attenborough y su guionista (Arnold Shculman) consiguen destruir como el amargo final "One", o el magnífico Gregg Burge girando sin parar en "Surprise, surprise".
DiViDi
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