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España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Drama. Intriga Al poco tiempo de perder a su esposa Rebeca, el aristócrata inglés Maxim De Winter conoce en Montecarlo a una joven humilde, dama de compañía de una señora americana. De Winter y la joven se casan y se van a vivir a Inglaterra, a la mansión de Manderley, residencia habitual de Maxim. La nueva señora De Winter se da cuenta muy pronto de que todo allí está impregnado del recuerdo de Rebeca. (FILMAFFINITY)
24 de julio de 2007
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como en otras películas de Hitchcock el tercer acto de la película me vuelve a dejar un tanto decepcionado. Hasta entonces es todo tan brillante, con una atmósfera tan lograda, con una historia tan apasionante, envuelto todo en un tono turbio y fascinante a la vez, que uno espera que el remate a todo esto esté a la altura, y yo creo que no lo está.
La película comienza de forma ágil y sencilla en la Costa Azul francesa con el encuentro y rápido enamoramiento de los dos protagonistas. Él un estirado y elegante Laurence Olivier, ella una tímida y apocada Joan Fontaine.
La acción se traslada entonces a Manderley, mítico nombre de la mansión del protagonista. Allí aparece otro de esos personajes memorables del cine de Hitchcock, la señora Danvers, inquietante y siniestra ama de llaves de la mansión, espléndidamente interpretada por Judith Anderson, en el personaje por el que se la recuerda. Y es también en Manderley donde aparece el personaje más importante de la película, Rebeca. No la vemos, no la oímos, está muerta. Y, en cambio, su presencia se hace notar constantemente. Una presencia que inquieta, perturba y molesta a la protagonista. La trama se va haciendo cada vez más agobiante, esperando una brillante resolución al inquietante misterio que va en aumento.
Pero desgraciadamente esa resolución no es tan brillante como cabía esperar. Esto no quiere decir que Rebeca sea una mala película, solo quiere decir que no es magistral, pero si excelente.
Para el recuerdo quedan la secuencia inicial, donde la protagonista recuerda a Manderley, y el último plano en el que vemos a la señora Danvers, una imagen a la altura del personaje.
La película además tiene el mérito de hacer protagonista a un personaje que no aparece en toda la historia, la bella y peligrosa Rebeca.
ernesto
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