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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
10
Drama Ángel (Ovidi Montllor) es un cazador furtivo que vive en un bosque con su madre (Lola Gaos), una mujer tiránica y violenta. En uno de sus escasos viajes a la ciudad, conoce a Milagros (Alicia Sánchez), una chica que ha huido de un reformatorio y que es la amante de un delincuente llamado El Cuqui. Ángel la protege y la lleva a su casa. La animosidad de la madre hacia Milagros, así como la atracción que Ángel siente hacia ella desembocarán en un drama. (FILMAFFINITY) [+]
10 de marzo de 2013
77 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
239/13(25/11/12) Obra Maestra del Cine español, un clásico imperecedero, José Luis Borau nos obsequio con una de las mejores radiografías que se hayan hecho jamás de la España profunda, un desgarrador fresco emparentado con la posterior ‘Los Santos Inocentes’. ‘Angel (gran Ovidi Montllor) vive con su posesiva madre, Martina (colosal Lola Gaos), en una aislada casa en los montes de Segovia, es un alimañero en un coto privado, caza a los depredadores de los ciervos, los lobos, para que cuando llegue el gobernador civil, Santiago (gran José Luis Borau), con sus amigotes tengan cacería, Ángel para sacarse un sobresueldo hace de furtivo. Un día en la capital por casualidad una muchacha, Milagros (gran Alicia Sánchez), le aborda para que la ayude a escapar de un reformatorio, Ángel la socorre y esta le paga con sexo, él se enamora de ella, se la lleva a su casa en la montaña, allí los problemas surgen entre la pareja y la ultraprotegedora madre que ve en Milagros a una rival en el afecto de su retoño. Extraña que esta dura película se rodara con la censura aún trabajando, con desnudos, sexo, personajes amorales, nítidas insinuaciones de incesto, violencia animal, claras alegorías a la incompetencia de las autoridades, en la figura del Gobernador, y con un final desgarrador (spoiler), aún así esta intentó torpedearla exigiendo su recorte en 40 planos, tras muchas luchas, se pudo exhibir en el festival de San Sebastián eliminando algún metraje, según Borau sin importancia. Furtivos es un cuento de hadas de terror, está el Rey, el Gobernador, y cambiando los papeles está el príncipe atrapado, Ángel, en un mundo cerrado y endogámico por una bruja, su Madre Martina, está el bosque envuelto en brumas y misterio al que llega la heroína, Milagros, un soplo de aire fresco que viene a traer la felicidad al príncipe atrapado, en forma de sexo y amor, un cuento retorcido y lúgubre. Borau escribió el magnífico guión con Manuel Gutiérrez Aragón, Borau quería hacer una película con Lola Gaos que le había maravillado en ‘Tristana’, y a fe que le regalo uno de sus mejores trabajos. El director pretendió reflejar la España tardofranquista en esta obra, el bosque representaba para él el país, Martina sería Saturno que devora sus hijos, Santiago el Gobernador podría ser un cuasi-Franco paternalista (el símil de ser cazador), ansiaba controlarlo todo pero no se enteraba de mucho, y por debajo unos siervos que ansiaban salir del regazo enfermizo de la Madre, metáfora de lo perdido que estaba el país. Ello envuelto en una extraordinaria puesta en escena, una ambientación soberbia que nos traslada el sabor de una España Negra, tétrica, ayudado por una excelente fotografía de Luis Cuadrado (‘La Caza’ o ‘El Espíritu de la Colmena’), con un ritmo vigoroso, con un salpicado de escenas para el recuerdo (spolier), dolorosa la de Ángel echando a su Madre a rastras de la cama, la paliza al lobo, o el fresco costumbrista con los cazadores, con un increscendo dramático asfixiante, dejándonos unas gloriosas elipsis (spoiler), derivando en un tramo final antológico, uno de los grandes de la Historia del Cine (spoiler), de los que te deja una huella perenne. Los personajes están espléndidamente construidos, en pequeñas pinceladas sabemos cómo son, además está interpretados de forma sublime, un sembrado de personas amorales y perdidos, unos perdedores, fresco de una nación sin rumbo, un Ovidi Montllor que jamás ha estado mejor, crea a un ser perdido que busca salir de un ambiente patológico, transmite pasión, amor, ilusión, esperanza, y lo hace con un lenguaje corporal sobrio, sin estridencias, sobresaliente, está Alicia Sánchez como Milagros que borda su rol de pícara que utiliza su cuerpo como arma, que se debate entre dos amores, pero que sabe dar luz a Ángel, denota una gran fragilidad, espléndida, y luego está el tercer lado del triángulo pasional, Lola Gaos como Martina, esta está a otro nivel, su actuación es magistral, nadie puede creer que no sea Martina, su cruenta y latente violencia es emitida de modo excelente, su lenguaje físico es poderío, el gestual es brillante, su mirada son dos puñales que te atraviesan, su voz es un susurro apagado lastimero, es capaz de combinar intimismo perverso como cuando desviste a su hijo, con la furia más desatada, cuando la vemos apalear al lobo (me niego a entrar en polémicas sobre si fue real) demuestra una ira infinita con lo que el caldo de cultivo está sembrado para que todo nos lo esperemos de ella, su labor traspasa la pantalla, desborda realismo, un portento en uno de los papeles más colosales que ha dado el Cine, por cierto, nos podemos imaginar que Ángel es Norman Bates y Martina su madre, una especie de precuela de ‘Psycho’. Es reseñable José Luis Borau como el gobernador, hace de un paternalista buenista, un tipo obsesionado con dar caza a un ciervo que para mí representa la fuerza indómita de España. José Luis Borau creó este Clásico y ya se le acabó la genialidad, hizo mucho más cine pero nunca se acercó al nivel de esta, acaba de morir y este es mi tributo a alguien que aunque no hubiera hecho más filme, será loado por siempre por este colosal retrato de la degradación moral de España. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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