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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama Un piloto americano, que vive completamente entregado a la vida militar, sufre un accidente doméstico y se rompe la columna vertebral. Paralizado en una silla de ruedas, comienza una nueva vida como escritor e incluso es contratado como guionista en Hollywood. Tras el bombardeo de Pearl Harbour por los japoneses, es enviado al Pacífico como supervisor de un nuevo y revolucionario prototipo de portaaviones. Su extraordinaria fuerza de ... [+]
17 de septiembre de 2017
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
196/06(12/09/17) No todo lo que hizo el maestro John Ford (que fue muchísimo), fue excelente, hubo entre algunas obras del montón, y esta “Escrito bajo el sol” es buena prueba de ello. El realizador de Maine hace un tributo-biopic sobre un amigo suyo (un amigo de quien había adaptado un libro en “Hombres sin miedo” (Air Mail, 1932) y que había escrito el guión de “They Were Expendable”, 1945), Frank "Spig" Wead (murió diez años antes, en 1947, a la edad de 52 años), un histórico de la aviación naval estadounidense, se basó en las memorias de Wead, "We Plaster the Japs", publicadas en 1944 en la edición de American Magazine. Spig fue un piloto de primera fila de la Armada, y se ganó el reconocimiento de la aviación y su reconocimiento al entrar en concursos de carreras de alto perfil. Fue un pionero que con su equipo rompieron varios récords de distancias y velocidades, una caída por unas escaleras le rompe el cuello y lo deja paralizado, convirtiéndose en guionista (escribió entre otros para Ford y Hawks). Fue la tercera colaboración de cinco en la que Wayne y O'Hara aparecieron juntos; otros fueron Rio Grande (1950), El Hombre Tranquilo (1952), McLintock! (1963) y Big Jake (1971). Fue un proyecto personal del director, embestido de mucha nostalgia, donde sobresalen temas propios de Ford como la amistad, el sentido del deber, la fuerza de la familia, la superación personal frente a la adversidad, pasando en su desarrollo de modo abrupto de la comedia (slapstick) de machos alfa (peleas, bravuconadas, borracheras, …), con muchas elipsis temporales que descolocan y confunden, conllevando arritmia en sus tonos, quedándome en una historia plana, donde encima el gran John Wayne es errado, pues que haya que creerse que es un jovenzuelo veinteañero cuando reluce su medio siglo de vida chirría más que el Titanic partiéndose en dos.Como curiosidad mencionar que en la escena en que a “Spig” lo contratan para escribir su primer guion, es John Dodge, al3er ego del propio John Ford interpretado por Ward Bond, muchas de las cosas de su oficina eran del propio director, los Oscars, el bastón hueco, etc.

La cinta está claramente partida en dos. En la primera el tono es de humor que roza el slapstick del cine mudo, con continuas peleas, incluso con el sello de tartas a la cara, con porrazos de aviones en medio de piscinas, más peleas, borracheras, más peleas. Este tramo resulta disparatado, mero artificio acartonado para querer reflejar la vitalidad de “Spig”, una parodia fordiana, rozando el ridículo una y otra vez en las situaciones. Con momentos sonrojantes por lo mal incrustados que están, me refiero a un momento dramático que parece afectará al matrimonio Wead, y lo superan en un plis plas, sin apenas darle relevancia, parece un mero bache (mal, muy mal), banalizar la muerte infantil de ese modo, penoso. Como lastimeros tener que aguantar como juvenil a un más que talludito John Wayne; La segunda parte se inicia con un accidente doméstico que torna el relato en un drama de superación personal donde el protagonista siente que debe sacrificar el amor a su mujer para salvarla de la carga que supone su cuerpo. Este tramo tiene su interés por lo de verla imagen poco habitual de un gigantón John Wayne desvalido, pero nos es presentado de modo elíptico rápido y sin que sintamos como algo más de un pellizquito democión, aunque se agradece el esfuerzo por la veracidad de Wayne pues fue la primera vez que aparece sin su peluquín. Aquí aparece el actor que mejor aprovecha su rol, me refiero Dan Dailey como “Jughead” Carson, un torbellino de energía. El resto me queda acartonado y muy reaccionario, me refiero al comportamiento posesivo de “Spig” con su esposa, ahora te dejo y ahora decido que debes volver conmigo. En esto cabe arremeter contra John Ford por el peso que da a Maureen O’Hara un mero florero, no sacando partido del huracán emocional que es la actriz irlandesa. Y es que en lo referente a la relación de “Spig” con su esposa queda muy mal parado el aviador, por muy simpático que me lo quieran hacer ver, es un tipo al que su familia le importa un bledo, que sus hijas de varios años no le conozcan al verle dice poco sobre el amor de padre de él a sus retoñas, dice mucho de su total ataraxia hacia ellas y por supuesto a su esposa, a la que deja y toma con la facilidad de un clínex, me carga este personaje que se nos quiere hacer ver tan glorioso, cuando rascando se ve a un tipo egoísta, machista, fanfarrón y pendenciero.

Es un relato disperso, hecho a base de set pieces, que nos quieren meter con cucharadas el amor a la patria y por ende al ejército (no hay atisbo del sufrimiento del guerrero), y me llega a empujones, sin veracidad. Todo me resulta de un liviano y trivial, sin sorpresas, todo inane, incoloro, insípido, como hecho por Ford por el sentido del deber, pero sin ganas, sin alma. Con un final que te deja frío. Una olvidable obra donde los destellos del maestros son tan escasos como flojos. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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