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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Serie de TV. Drama. Intriga Miniserie de TV (2016). 8 episodios. Después de pasar la noche con una desconocida a la que recoge con el taxi de su padre en Manhattan, el joven paquistaní Naz se despierta y la encuentra apuñalada en la cama. Asustado, el joven huye pero poco después es arrestado y se convierte en el único sospechoso del asesinato... Remake de la serie británica del mismo título. (FILMAFFINITY)
4 de octubre de 2016
90 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
171/10(14/09/16) Notable y absorbente mini-serie de 8 episodios (cerca de 10 horas de metraje) de la HBO creada por los prestigiosos guionistas Richard Price (“Clockers”), que escribe todos los capítulos, y Steve Zaillian (“La lista de Schindler”), que co-escribe con Price el 5º, 6º, 7º y 8º episodio, que a su vez adaptan libremente la mini-serie británica de la BBC “Criminal justice” (2008) de Peter Moffat, de 5 episodios, a la que supera en calidad, matices y arco de desarrollo de personajes, recrea con brillantez un crisol de situaciones que se desbordan alrededor de un asesinato y del sospechoso, sirviendo para una mordaz crítica al sistema judicial USA, a los prejuicios sociales, al sistema penitenciario como supuesta herramienta de reinserción, y más. Zaillian dirige todos los capítulos menos el 4º a cargo del oscarizado por “Man on wire” James Marsh. La propuesta bebe del subgénero “Who dunnit”, crimen con múltiples sospechosos, pero aquí el quien lo hizo se convierte casi en McGuffin, excusa para mostrar mosaico de personajes abocados a momentos límites y como reaccionan, se le da tiempo excelente para la composición de personajes con fuerte carácter definido, con los que se puede empatizar, acentuado esto por lo buenísimo de las interpretaciones.

Serie con argumento que puede parecer una más sobre defender a un supuesto inocente de un crimen, y paralelamente buscar al supuesto culpable, pero aquí lo que prima es el tempo reflexivo, la edificación de personajes sólidos, tridimensionales, con defectos, matices, aristas, enmarranados todos en una espiral turbadora donde se mezclan temas muy actuales como el racismo, los laberintos judiciales kafkianos, las injusticias sociales, ello abordado con hondura dramática, serenidad, provocando el centro no sea quien fue el asesino, sino como se desarrolla la compleja trama. El guión es lo suficientemente inteligente para no dar pistas más allá de lo que vemos, nunca sabremos más o menos que los protagonistas, hacen de la duda la constante, basándonos más en los perfiles psicológicos para formarnos una idea de si son capaces o no del crimen. Drama judicial que discurre de modo realista, exhibiendo al detalle y con mimo todos los pasos; desde la intensidad del tramo de detención del chico; sus primeras horas en el calabozo; interrogatorios; aparición del abogado; la negociación entre abogado y padres; llegada al caso de una abogada buenista; la negociación de la defensa con la fiscalía; la progresión criminal de Naz en prisión; la investigación policial para cuadrarlo a su antojo todo; la investigación de la defensa intentando crear una duda razonable; y por supuesto el juicio. Tangencialmente otros personajes son mostrados como parte de este sugerente puzle: como el solitario abogado Stone con su marcada urticaria y alergia a los gatos; la novel abogada de origen paquistaní Chandra; el policía Box, que detuvo a Naz y que las pruebas le dicen una cosa y el carácter del acusado otra; el complejo líder de los presos Freddy; o los padres de Naz y su marginación social por estar su hijo acusado de criminal. Esto nos hace empaparnos de modo excelente de la historia y personajes, donde se prodiga el gris, no hay simplismos, tipos con falencias, con ambiciones, con dignidad, con temores, con inseguridades, acarreando fantasmas del pasado, con dudas, sin certezas absolutas, ello con diálogos fluidos, profundos, reflexivos, irónicos, salpicado todo de un humor suave desengrasante sutil, como lo que refiere a la tierna subtrama entre Jack Stone y el gato de Andrea.

Serie que nos habla de que verte envuelto en un caso judicial, seas o no culpable, te supone enredarte en un microcosmos te lo puede quitar todo, es el anti-gordo, si te toca, te exprime, te veja, te deja sin nada. Se apoya en una ambientación lúgubre, grisácea, opresiva, atravesando con tino géneros como el misterio, suspense, thriller, acción, drama judicial, drama carcelario, ello interrelacionando de modo fresco a los personajes, siendo el núcleo la travesía oscura del sospechoso a través del submundo judicial (penal), sumergiéndonos en cinco meses de sinsabores, desde la infausta noche, hasta el día del veredicto. Enntre medias una historia que te atrapa desde su episodio primero, “La playa”, hora y media de un increscendo dramático y de tensión memorables, un manejo del time narrativo y de las imágenes tremendo, provocando el espectador pesimismo, desesperanza, desilusión ante un mundo frío, impersonal, injusto,... Los tres primeros episodios son de gran ritmo 8sin ser trepidante), todo sucede deprisa (que no apresurado), donde ya has conectado con la angustia del protagonista, con la caída e gradual en el abismo de los padres del sospechosos, has conectado con el disfuncional letrado Stone con su particular modus vivendi, a partir del cuarto el ritmo baja un poco (que no es aletargarse).

Y llegan las taras de la serie: Peso muerto es la subtrama de Naz en prisión, toma demasiado protagonismo en detrimento de otras subhistorias más interesantes, toda la situación en prisión con ese reyezuelo que vive en su celda resulta ya muy visto, no hay originalidad, y lo que es peor, Naz sufre una transformación atropellada, hacia adaptarse a prisión como un pandillero más, rapándose, haciéndose tatuajes, narcotizándose y pasando drogas a la prisión, situaciones que no se entienden con el personaje que hemos visto anteriormente, y menos con alguien que pretenda pasar por un “buen” chico ante el tribunal, es pegarse varios tiros en el pie, esto se convierte en una rémora; También es un error la estridente relación que incorporan los guionistas de la abogada con Naz, tiran piedras contra su bonito tejado, recurso facilón, impropio de lo visto; Y está la costumbre del susodicho subgénero “Who dunnit” de que cualquier persona que se cruzó con la víctima se convierte en sospechosos, carentes todos de coartadas, pero poseedores de espúreos motivos criminales;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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