Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama Inglaterra, Edad Media. Macbeth es un noble caballero escocés. Un día, después de una batalla en la que se gana el favor del monarca, encuentra a tres brujas que le profetizan que algún día llegará a ser Rey. Después del cumplimiento de otras dos profecías formuladas por las brujas, inevitablemente Macbeth se pregunta cómo podrá cumplirse la tercera, ya que el Rey Duncan todavía esta vivo y, además, tiene dos hijos que pueden heredar el ... [+]
19 de noviembre de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
184/19(29/10/15) Notable adaptación de Orson Welles del homónimo drama de William Shakespeare, proyecto en el que ante la evidente escasez de medios OW hice de la precariedad virtud, haciendo un somero homenaje al teatro, con su marcado estilo operístico, imbuyendo al relato de un marcado sino cuasi-surrealista, pesadillesco en algunos casos, onírico en otros, pero siempre potenciando el lirismo del texto del Bardo (poeta o narrador de historias) de Avon, ello con el acentuado estilo expresionista gótico propio del director. Una narración enmarcada en un ambiente cerrado, opresivo, avanzando hacia la asfixia en la piel de unos protagonistas presos de su aciago destino señalado por unas brujas, tocando temas universales y atemporales como la ambición desmedida, las ansias de poder, los sentimientos de culpa, la venganza, la traición, las luchas de fe de religión, la envidia, la frustración vital, la soledad, la cobardía, o el maquiavelismo, todo desarrollado de modo fluido, alternando diálogos profundos con monólogos sublimes, declamados por unos actores magníficos, sobresaliendo en este aspecto un Titánico Orson Welles. Desgraciadamente fue un fracaso comercial, además en su momento la crítica la denigró, el tiempo es un juez sabio y la ha elevado a donde se merece.
OW escribe también el guión, se mantiene bastante fiel a la obra, aunque introduce algunos elementos nuevos que realzan el sentido de la historia (por falta de espacio no los comento), el polifacético artista maximiza la importancia de Macbeth en detrimento de su mujer, algo más en la sombra que la obra original, ahonda en su tormento interior, en su angustia existencial, en sus sentimientos de culpa, refleja un personaje enfermo de poder, complejo como gustaba de interpretar a OW, poliédrico, con aristas, oscuro, sombrío, con mucho mundo interior. Evolucionando mediante mucha voz en off de los pensamientos de los personajes, esto cubre e relato de una sinuosa intriga tensa. Es un drama de un fuerza visual e intensidad arrolladora, te atrapa desde su lírico inicio con la imagen de espaldas de las tres brujas engullidas por un paraje nebuloso que remueven un caldero, declamando en tono cavernoso la profecía, y a partir de aquí una narración de un tremendo calado emocional, de gran vigor, de estremecedora ambigüedad, con ingenioso uso de las metáforas visuales, ello con inteligente delineación de personajes, obsesivos, reflexivos, abrumados, muy humanos, angustiados por el poder omnímodo de la conciencia, sumidos en un mar de dudas por sus actos villanos. Esto en un universo sumergido con la alegoría de su ambientación en un clima atávico de violencia, con ahorcamientos, regicidios, apuñalamientos, asesinatos de niños, suicidios lanzándose al vacío, decapitaciones, cabezas cortadas en picas en exposiciones públicas y más.

La tara que le puedo achacar es la disminución de importancia que tiene Lady Macbeth, Icono en el imaginario de la esposa “malediciente “Pepito Grillo”, una manipuladora perversa, pues aquí su peso dramático de maestra de marionetas que influye malévolamente en el protagonista queda bastante disminuido, quedando este aspecto aminorado. Asimismo la batalla final resulta descafeinada, pues para defender el castillo de Macbeth está el solo, solo contra miles, donde se ha metido el supuesto ejército de Macbeth? No se da explicación a esta desidia de extras y de contienda bélica hurtada al espectador. Tampoco el vestuario brilla, pues parece sacado del atrezzo de un film de “Gengis Khan”, totalmente anacrónico, en algún caso rozando lo grotesco.

Orson Welles realiza una enorme actuación, de profundidad, de gran intensidad psicológica, de un memorable arco evolutivo, hastiado, arrollado por la ilusión del augurio, sumido en una espiral de violencia sanguinaria, una cuesta abajo que lo derrumba mentalmente ante nosotros, exhibido esto mediante estremecedores monólogos interiores, aguantando primeros planos prodigiosamente, una labor bañada de tintes arcaico-salvajes, excelente. Jeanette Nolan debuta en cine con Lady Macbeth, expone dotes sibilinas, manipuladoras, perturbadoras, en un complejo declive hacia la demencia, aunque queda opacada por el colosal Macbeth, restándole el protagonismo de la obra shakesperiana, la primera ladyu Macbeth en mente de OW fue Vivien Leigh, pero creyó su marido (Laurence Olivier) la vetaría, se le ofreció el rol a Tallulah Bankhead, lo rechazó, también se barajaron Anne Baxter, Mercedes McCambridge y Agnes Moorehead, al final OW escogió a Jeanette Nolan, perteneciente a su compañía teatral Mecury. Dan O'Herlihy da vida con estupenda energía a Macduff. Un imberbe Roddy McDowall es el valiente e inocente Malcolm. Alan Napier deja huella con su Santo Padre, rol sombrío, inquietante, turbador, interpretado de modo valioso. Como curiosidad OW hace aparecer en el film a su hijo Christopher en el papel del hijo de Macduff, su única aparición en cine.

La puesta en escena en lo que se refiere a los decorados del director artístico Fred A. Ritter resultan un canto al arte de las tablas, muy teatral, sin exteriores, con indisimulados fondos falsos, con exagerada recreación de cartón piedra y papel maché, todo muy falso, con rocas y árboles simulados, sobresaliendo el castillo de Dunsinane, aquí más una retorcida fortaleza cavernosa, un gran patio sorteado de una red de pasillos excavados en la roca, con habitaciones primitivas sin puertas, esto como alegoría del hombre atávico, el que surge de los más bajos instintos, todo esto realzado por la fenomenal fotografía de John L. Russell (“Psycho” o “La hora de Alfred Hitchcock”), potenciando el expresionismo del film, envolviendo en claroscuros y sombras (espléndidas sus proyecciones en los fondos) a los personajes, casi todo la historia pasa de noche, y lo poco de día es nublado, con luz marcadamente artificial, con angulaciones de cámara que oprimen y crean zozobra y exaltan emociones,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow