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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Acción. Drama La película se desarrolla durante el periodo Edo, en Japón. El protagonista, un samurai sin señor ni nombre, ve sus ideales y su lealtad puestos en entredicho por un grupo de bandidos. (FILMAFFINITY)
13 de enero de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
362/19(22/12/11) Muy entretenida cinta de aventuras de Hiroshi Inagaki en lo que fue su última dirección, protagonizada por las dos estrellas más luminosas del cine nipón el gran Toshiro Mifune y Shintaro Katsu (famoso por su encarnación del espadachín ciego Zatoichi) en un rol clonado al ronin de ‘Yoyimbo’ de Akira Kurosawa, de hecho se le apoda de este modo, de hecho esta obra está producida por la compañía creada por los dos. Va sobre un ronin (samurái sin amo que vagaba por Japón entre los SXII y SXIX como soldado de fortuna), Yoyimbo (majestuoso Toshiro Mifune), es reclutado por un misterioso Señor para que vaya al Paso de montaña Sanshuu, un lugar solitario en la montaña donde hay una posada y donde le dicen que va a pasar algo, de camino rescata a una mujer, Okuni (Ruriko Asaoka) que su marido maltrataba, la lleva con él a la posada donde haya trabajo, allí Yoyimbo se encuentra con una galería de personajes, un jugador, Yataro (Yusjiro Ishihara), un policía, Ibuki (Kinnosuke Nakamura), con un preso, Tatsu (Ryonosuke Yamazaki) un médico, Gentetsu (buen Shintaro Katsu), que malvive en el granero, además del dueño y su hija. La puesta en escena es cuasi-teatral, siendo el centro de la acción la taberna, en lo que recuerda bastante a la cinta americana de cine negro ‘El Bosque Petrificado’, el realizador consigue jugar con este reducido espacio de modo inteligente, por el van desfilando los personajes, personajes muy bien descritos, en apenas unos trazos quedan perfilados, el misterio sobre la misión del Yoyimbo y descubrir que oculta cada personaje crea una intriga que te engancha, hay un increscendo dramático atractivo, un desarrollo por el que varias historias se van abriendo, unos romances surgen que la condición nihilista de los hombres los hacen difíciles, ello hasta derivar en el clímax, donde las cartas quedan bocarriba. El alma de la cinta es el gran Mifune que es una hemorragia de carisma, su presencia traspasa la pantalla, es la hidalguía en persona, la empatía con él es instantánea, su laconismo e hieratismo son pétreos y marcan todo el relato, es un portento como transmite sentimientos de modo contenido, un coloso al que le da replica Katsu de modo apreciable. Es una película donde la acción apenas se da pero tienes la sensación que una bomba está siempre latente, donde la tensión es constante, donde los giros argumentales se dan con inteligencia y nunca sabes realmente lo que ocurre hasta el final. Como nota negativa están las tramas amorosas que tienen muy poca fuerza, tan solo resaltan el modus vivendi monástico-solitario del ronin. Recomendable a los que gusten de chambara bueno. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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