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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
7
Drama América, años 40. Don Vito Corleone (Marlon Brando) es el respetado y temido jefe de una de las cinco familias de la mafia de Nueva York. Tiene cuatro hijos: Connie (Talia Shire), el impulsivo Sonny (James Caan), el pusilánime Fredo (John Cazale) y Michael (Al Pacino), que no quiere saber nada de los negocios de su padre. Cuando Corleone, en contra de los consejos de 'Il consigliere' Tom Hagen (Robert Duvall), se niega a participar en ... [+]
12 de diciembre de 2010
58 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El Padrino" es una película especial en muchos sentidos, pero de todos esos sentidos ya hablan las más de trescientas críticas que escribieron por aquí antes que la mía así que paso de repetirlos. Aunque voy a llevar cierta contraria a muchos de sus detractores, aquellos que dicen que "El Padrino", a pesar de ser técnicamente irreprochable, no inventa nada.

Bueno, lo cierto es que a primera vista, "El Padrino" es poderoso cine clásico con muchos planos que impresionan pero no porque te estén transmitiendo cosas que nunca antes se habían transmitido sino precisamente porque parecen condensar todo lo bueno del cine de siempre en su esencia pura. "El Padrino" tiene mucho de compendio, más que de revolución: "El Padrino" es como cuando se decía que "La pasión de Juana de Arco" había matado al primer plano; se puede decir que la película de Coppola mata al cine clásico porque ya dice todo lo que se dijo antes y lo dice con ademán definitivo. Esto es lo que hubo y lo que hay. Y vale ya.

Pero aunque realmente en ese aspecto no hay invención, "El Padrino" crea e indica un concepto externo en un mundo en principio tan poco afín al término como el mundo cinéfilo y este concepto es: hacer la mili.

Sí señores, todo cinéfilo tiene que pasar alguna vez en su vida por la trilogía de Coppola. Puede pasotear de "El acorazado Potemkin", de "Los siete samuráis", de "Casablanca", incluso de "Ciudadano Kane". Pero en algún momento de su vida celulóidica, ha de tragarse sí o sí "El Padrino", "El Padrino II: corrupción en Miami" y "El Padrino III: una noche en la ópera". Y lo que es más peor: tampoco se libran las mujeres ni los lisiados.

Sin embargo, no acaba aquí el concepto mili. Como en el servicio, los nuevos reclutas se dividirán en dos tipos: aquellos a los que en el fondo les mola el rollo marcial, son más machotes que nadie y se convierten en los más jefes del regimiento; y los otros, los que echan de menos a la familia, no entienden nada y sólo quieren irse a su casa. Aquí lo mismo, está el recalcitrante que ya se está corriendo vivo en los primeros cinco minutos y el sufrido que anda mirando el reloj a ver cuando se acaba la puñetera boda y pasa algo interesante.

Como no y sea cual sea la impresión que se haya obtenido en el momento, en cuanto los reclutas han terminado la trilogía de marras mirarán con disciplencia a los no iniciados y soltarán aquello de:

"Oh sí. Fueron los mejores años de mi vida".
Neathara
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