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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
8
Romance. Drama De repente, Alí tiene que hacerse cargo de su hijo Sam, un niño de cinco años al que apenas conoce. Como no tiene casa, ni dinero, ni amigos, se refugia en Antibes, en casa de su hermana, que los acoge cariñosamente. Tras conseguir trabajo como portero en una discoteca, Alí conoce a Stéphanie, una domadora de orcas en el acuario Marineland. (FILMAFFINITY)
10 de julio de 2013
79 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ocasiones te cruzas en esta vida con esa clase de gente que ha sufrido graves pérdidas o experimentado un enorme sufrimiento y en lugar de hundirse en la depresión o desmotivación, encuentran un nuevo camino y asombran por su saber estar, saber hacer y sobre todo, su saber vivir. Son gente con una fuerza particular, quizás la fuerza de haberlo perdido todo y por tanto, haber ganado la libertad personal a la que todos aspiraríamos si no fuese porque estamos muertos de miedo.

"De óxido y hueso" trata de un personaje, el de Marion Cotillard, que, como la sirenita, sacrifica al mar sus piernas; pero como ésta es la vida real, no obtiene un príncipe, sino un hombre de hojalata. Y este hombre de hojalata que no tiene un corazón, se redime de su incapacidad emocional ejerciendo de peculiar ángel de la guarda de la chica sin piernas.

La historia de ambos y entre ambos es emotiva porque es un relato seco y poco sentimental; no hay idealizaciones, nada augura un gran futuro feliz para Alí y Stephánie, que tendrán siempre que lidiar con limitaciones y dificultades. Su amor es el amor áspero entre veteranos de la guerra del existir. Pero es un amor auténtico y es la autenticidad lo que en realidad acaba conmoviendo en "De óxido y hueso". Alí y Stephanie empiezan como esclavos y terminan como amos, pero eso sí, pagando un altísimo precio (¿quién dijo que ser libre era fácil?).

La sensualidad de Audiard al rodar el sol, esa frescura del agua de mar que casi se siente conforma una de las dos mejores escenas de la película; la otra, el momento en que una ojerosa Cotillard irrumpe en el combate de boxeo y mira con furia a un caído Schoenaerts como dicendo "¿yo me he quedado sin piernas y aquí estoy y tú te dejas tumbar?".

Impresionan las interpretaciones de ambos, cada uno perfectamente creíble en su drama personal; logran la empatía no por sufrir mucho, sino por las capacidades que muestran para superarlo.

En algunos lugares de Asia, se ciega a los canarios para que aprendan a cantar...aquí, son dos personajes los que la historia mutila...para que aprendan a vivir. Lección aprendida.
Neathara
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