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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
8
Terror. Intriga. Thriller A mediados de los años treinta, dos hermanos gemelos viven con su familia en el campo. Son muy diferentes entre sí, aunque pasan mucho tiempo juntos. De repente, empiezan a ocurrir extraños sucesos en la granja donde viven y sus alrededores. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2008
76 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un extraordinario grabado de Doré que muestra un infierno pavoroso, poblado por figuras humanas contorsionadas por el dolor y en su centro exacto, la figurita risueña de un niño que sostiene un tridente: el Diablo. La intención del artista no parece ser la de asociar la figura del infante a nuestra concepción del Mal en un sentido ético, sino la de expresar este Mal como la ausencia de moral intrínseca con que nace y crece el cachorro humano hasta recibir sus primeras nociones de lo que es bueno y lo que es malo. Si bien parece que el ser humano, por instinto, tiende a proteger y preservar a la especie, tan razonable es suponer que si su persona se ve de algún modo amenazada por elementos de esta misma especie, el comportamiento natural de un ser que todavía carece de unos principios básicos será el de eliminar a los causantes del peligro que pone en entredicho su natural inclinación a la supervivencia.

Y bajo estos inquietantes supuestos, se desarrolla la inquietante "El otro", una adaptación de la obra más conocida del autor de terror Thomas Tryon. Aquí, las dos vertientes innatas del hombre -el instinto de bondad y el instinto de maldad- se encarnan en las figuras de dos hermanos gemelos, Holland y Niles. El primero de ellos "es malo, pero no se da cuenta de que lo es". El segundo, trata de contener al primero, pero es en todo momento un ente subordinado a los propósitos de su hermano. Para complicar aún más la historia, Niles tiene el extraño poder o la capacidad de meterse en las mentes ajenas y experimentar lo que éstas experimentan, gracias a los consejos de su mística abuela, con la que le une una especial complicidad.

Explicar más ya sería adentrarnos en el terreno spoiler y habida cuenta de las revelaciones que se van sucediendo durante la película (aunque hay cosas muy previsibles), es mejor dejar que cada espectador lo descubra por sí mismo. En cuanto a los detalles de otra índole, decir que lo mejor sin duda es la interpretación de los niños gemelos Chris y Martin Udvarnoky, cuyos primeros planos, cambios de expresión, miradas y diálogos sostienen la mayor parte de la película. No volvieron a hacer películas jamás: no me extraña. La intensidad volcada por ellos en sus personajes supera sin duda la labor de cualquiera de los adultos que, por otro lado, resultan personajes mucho más secundarios (excepto la abuela, algo sobreactuada).

Y bueno, está la pregunta clave ¿provoca miedo?. Sí y no. No hay grandes sustos, el ritmo es lento y cadencioso, la cámara perezosea y se difumina, la apuesta del director por evitar lo explícito en todo momento puede aburrir a alguien que busque emociones fuertes...Pero tiene esa clase de atmósfera que te atrapa en su pulsión angustiosa y consigue inquietarte desde que comienza hasta que termina. Y hay que decirlo: ¡qué final!.

No apta para ir con prisas, es una obra imprescindible para completar el imaginario sangriento de cualquiera que se precie de ser un gourmet del cine de terror.
Neathara
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