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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
6
Comedia. Drama. Romance Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2012
445 de 600 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con tantas notazas y esas credenciales aplastantes que la acompañan, me siento como una Scrooge de la vida al no poder sentir el entusiasmo y la felicidad que parece haber suscitado esta película a lo largo y ancho del mundo cinéfilo.

Acudí con mucha ilusión al cine, con cierto hype -me temo- agrandado por las magníficas críticas y el aplauso de mis amigos. Realmente mi deseo era destilar el apreciado néctar del sense of wonder, tan inusitado en el cine, ya sea el antiguo o el nuevo. Si soy honesta, tengo que confesar que me ACOJONABA salir de la película y que me preguntasen qué tal y tener que contestar: "PUES...PSÉ" y verme objeto del odio y la desaprobación de la entusiasmada platea.

Así que puse toda mi voluntad, aunque reconozco que una importuna sensación de aburrimiento insistió en colarse por las ventanas de mi recia predisposición favorable. Al poco, se sumaron sendos sentimientos de apatía e impaciencia que -presa del pánico- traté de ahogar en mi cubo de palomitas. Osé mirar el reloj, lo que me ganó un reojo indignado de una pareja de ancianos y un codazo virulento del lado de mi pareja. Me entraron ganas de ir al baño, para lo cual debía atravesar una fila completa de personas absortas en la película (y el puto cine estaba lleno).

Volví a mirar el reloj, calculando si podría aguantar la media hora que quedaba del invento. Nuevas miradas indignadas. Salí, me odiaron, me perdí cinco minutos en los cuales el perrito según me dicen había hecho alguna monería. Aliviada por la visita y por haberme ahorrado el rato Timón y Pumba, sigo ascendiendo -contra mi voluntad- hasta el temido "PUES...PSÉ".

Después de la película, entablo una animada discusión conmigo misma y trato de razonar los motivos de mi indiferencia hacia "The Artist". En general, me parece que es simplona, superficialmente bonita y está demasiado pendiente de ser un homenaje. No la siento como una película personal en ningún sentido. Asimismo, si uno ha visto algo de mudo, entenderá que esta película da una imagen muy esquemática y chorra. Hay muchas películas de los años 20 que revisadas hoy, son mil veces más rompedoras que The Artist. Ah, y esto no es un defecto: ¿pero de verdad es tan arriesgada en su propuesta? ¿No ofrece una historia visualmente golosa, apta para público de 8 a 88 años, gente guapa, vestuario bonito, banda sonora emotiva y un perrito monísimo haciendo cabriolas? Vamos, que es muda, pero que no hay nada que no hagan para compensarlo. Para lo que hay que tener huevos es para colar "La cinta blanca" en los Oscar y con 300 críticas en esta página, cuando es un espesito drama dreyeriano sin final cerrado, lento como el discurrir de un caracol y ambientado en un pueblo lleno de gente con cara de conejo.

Me preguntan ¿qué te pareció "The Artist"? Contesto: "Pues...psé". Su impecable realización (sin alma, empero) y alguna escena resuelta con imaginación bien merecen el aprobado, pero tampoco mucho más.
Neathara
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