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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
5
Drama. Terror En una comunidad rural en 1950, un niño de ocho años está fascinado por los relatos de terror. Inspirado por esas historietas, el chaval empieza a sospechar que su nueva vecina, una mujer solitaria, distante y siempre vestida de negro, es una vampiresa... (FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2010
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La piel que brilla" es una de esas películas en las que no se entiende un demonio de lo que pasa pero tiene una atmósfera "perturbadora", "fascinante", "envolvente" y todas esas cosas que gustamos de decir cuando sabes que la película tiene algo pero un algo que no es suficiente para mantenerla en pie.

El problema es cuando intentas convencer a tus amigos de que la vean y ellos, que carecen de tu sensibilidad, no se sienten ni perturbados, ni fascinados, ni desde luego envueltos por la película y ven la objetiva realidad que tú no quieres ver y luego cuando vas a su casa sonríen de manera mefistotélica porque saben que por fin no vas a tener excusas para evadirte de ver el vídeo de su boda.

Para evitar tal temible evento, vamos a dejarlo con que "La piel que brilla" es un Leólo a la sureña donde un niño con una vida llena de sucesos horribles decide atribuir todo a ángeles, vampiros y demás seres de las tinieblas, más que nada porque un chaval de esas edades prefiere convertir a las personas en monstruos antes de asumir que los monstruos son las personas.

La llegada del fabuloso hermano mayor a la casa familiar supondrá la ruptura del esquema mental del chico y su cruel transición a la madurez, que supone caer en picado en el epicentro de una realidad inasumible.

Lamentablemente "La piel que brilla" carece del encanto convulso de la película de Lauzon y aunque en efecto es de una poesía extraña que como te pille el día torcido puede que hasta te encante, no hay trascendencia de ningún tipo, no parece llegar a ninguna parte, no se sabe muy bien qué quiere decir y se queda a medio gas sin llegar a ser lo suficientemente sugestiva para inducirte a su juego.

Lega, eso sí, una escena final para el recuerdo, con una música maravillosa y por desgracia, tan incomprensible como todo lo demás.
Neathara
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