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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
8
Cine negro. Intriga Un agente de la policía de narcóticos (Heston) llega a la frontera mexicana con su esposa justo en el momento en que explota una bomba. Inmediatamente se hace cargo de la investigación contando con la colaboración de Quinlan (Welles), el jefe de la policía local, muy conocido en la zona por sus métodos expeditivos y poco ortodoxos. Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene pruebas contra el otro. (FILMAFFINITY) [+]
30 de septiembre de 2009
27 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine suele ser agua, aire y algunas veces también es tierra, pero rara vez es fuego y cuando lo es, viene de la mano de unos pocos grandes. Que Welles tiene algo especial que le diferencia de todos los otros, un sello inconfundible, no puede negarse gusten más o menos sus películas. Con ésta en concreto, nos podemos poner en plan frío y sacarle mil defectos en la parte narrativa, pero quien afirme que se trata de un cine vulgar, cine sin alma, está mintiendo.

Oscuridad y grandeza, esos son los rasgos que definen a "Sed de mal" y la grandeza no está en sus personajes o en su fresco de novela pulp a lo James Elroy, sino en la ambientación, el empleo del sonido y la música y la manera en que se está manejando la cámara, la pasión y la concentración monstruosa que destila. La maniobra de Orson Welles es envolvente, no ataca en directo sino que se va acercando por los flancos hasta atrapar en una perfecta concatenación final y aun cuando te chirrían cosas -una cadavérica y horriblemente pintarrajeada Dietrich, con su perfecto acento alemán, encarnando a una adivina ¡mexicana!- escena por escena dinamita cánones, inventa planos, se convierte en cine del futuro pasado. No me encanta, la veo sumamente imperfecta, pero no hay ni un solo segundo en esta película que no esté cargado de una fuerza, de una intensidad acojonantes.

Latigazo negro, thriller cínico, teatral espejismo o las tres cosas más el genio de Welles y el resplandor que aún arrojan los rostros de las estrellas que intuimos largamente muertas: ah, y pasados por fuego, claro, por el fuego. Mucho menos precisa que "Ciudadano Kane" y por eso, será preferida por muchos (pero yo me quedo con ese Kane agonizante en la torre de la madrastra de Blancanieves).

Si es verdad que el cine ha muerto, "Sed de mal" bien podría haber sido un R.I.P. estentóreo, grabado en piedra, frontera y celuloide.
Neathara
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