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Voto de Ed Lauter:
5
2008
Documental, Intervenciones de: José María Sanz "Loquillo", Andrés Calamaro, Luis Alberto de Cuenca ...
6,7
427
Documental
José María Sanz es Loquillo, genio y figura de la música rock en España con una carrera de 30 años a sus espaldas. Dos metros de altura, un tupé y una chupa de cuero, sustituida con los años por un impecable traje negro, para un icono que siempre lo tuvo claro. “Se buscan rockeros para montar banda de rock. Abstenerse hippies”. Con este anuncio en una tienda de discos comenzaba la leyenda. Desde Los Intocables, su primer grupo, pasando ... [+]
7 de abril de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Loquillo, leyenda urbana. Carles Prats, 2008. Documental hagiográfico sobre Loquillo, sin duda uno de los personajes básicos de la escena rock española de los últimos 30 años. Personalmente Loquillo me parece un músico (más bien un intérprete, ya que él no compone) sobrevaloradísimo. Un tio que daba la talla por apariencia y actitud como frontman en su época con Trogloditas, pero que como cantante dejaba muchísimo que desear, y cuya personalidad me ha parecido siempre una fachada cimentada en un personaje, el de un rockabilly reconvertido en crooner en el que eligió convertirse un chaval del barrio del Clot de Barcelona. Y eso es algo muy lícito, pero es que a Loquillo NO ME LO CREO. No veo su archifamosa autenticidad por ningún lado. Loquillo es un estereotipo andante, con un discurso cargado de tópicos sonrojantes (la escena que cierra el documental es de no creérselo, digna de un Celebrities, que si hay alguien que se merece uno dedicado, ése es el Loco), una chulería de patio de colegio y una pretenciosidad agotadora en cada frase que suelta. Me parece un personaje con unas ansias de fama y gloria desmesuradas. Durante el documental únicamente le falta decir que inventó la penicilina y la electricidad. Porque todo lo demás fue cosa suya, el primero en todo. No obstante, pese a su constante autoafirmación putoamística en cada una de sus declaraciones, se le nota a lo largo del documental un poso de amargura por no haber conseguido una mayor consideración popular. Muy cansino el hombre, sobre todo para ser tan chulo como dice ser.
¿Que por qué he visto entonces el documental? Porque me parecía la oportunidad definitiva de conocer la carrera completa de Loquillo y sobre todo verle hablar sobre sí mismo una vez más, un espectáculo cómico de primer nivel. Por cierto, no sé si soy el único al que le parece que a este hombre, a quien él mismo y otros en el documental definen como "poeta", le cuesta un huevo expresarse con claridad fuera del escenario, con una alarmante incapacidad para estructurar su discurso con cierto orden y un vocabulario variado. Es que oyes hablar a Sabino Méndez o a Gabriel Sopeña, o al propio Carlos Segarra de Rebeldes, y ésos sí me parecen tios con un cerebro debajo del tupé. Da la sensación de que Loquillo necesita tirar de topicazos para poner palabras a lo que quiere decir, casi siempre tratando de epatar.
Sigo en "spoiler".
¿Que por qué he visto entonces el documental? Porque me parecía la oportunidad definitiva de conocer la carrera completa de Loquillo y sobre todo verle hablar sobre sí mismo una vez más, un espectáculo cómico de primer nivel. Por cierto, no sé si soy el único al que le parece que a este hombre, a quien él mismo y otros en el documental definen como "poeta", le cuesta un huevo expresarse con claridad fuera del escenario, con una alarmante incapacidad para estructurar su discurso con cierto orden y un vocabulario variado. Es que oyes hablar a Sabino Méndez o a Gabriel Sopeña, o al propio Carlos Segarra de Rebeldes, y ésos sí me parecen tios con un cerebro debajo del tupé. Da la sensación de que Loquillo necesita tirar de topicazos para poner palabras a lo que quiere decir, casi siempre tratando de epatar.
Sigo en "spoiler".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Centrándome en el documental, éste es de una estructura superclásica: segmentos de entrevistas al personaje principal y a otros relacionados con él, enlazados con fotos y videos de forma cronológica para narrar la vida de Loquillo y su carrera musical. Se echan mucho a faltar más voces discordantes dentro de la narración, especialmente las de los demás Trogloditas aparte de Sabino Méndez, único contrapunto (aunque sin buscar la confrontación) a la visión de Loquillo sobre sus años en la banda. Todo el documental es puro mamoneo. Sanz, y el documental en sí, pone mucho más énfasis en su carrera posterior a Trogloditas, una fase discutidísima por sus fans más antiguos y rockeros, y por la propia prensa especializada, de la que no tenemos noticia en toda la película (hubiese estado muy bien oir en su propia voz a esa prensa tan crítica con Loquillo).
La segunda mitad del documental es una reivindicación constante a su conversión en crooner-poeta, "lo mejor de mi carrera" en sus propias palabras. La aparición clave de Gabriel Sopena como "nuevo" Méndez, la mente que pone música y letra al personaje. Las colaboraciones con el productor Jaime Stinus, con Calamaro (cada vez que le veo pienso en qué malas son las drogas para el cerebro, joder)... La incoporación de músicos como Igor Paskual de Babylon Chat (otro que si tuviese tanto talento a la guitarra como chulería, estaríamos ante otro Jimi Hendrix)... Mención especial a Susana Koska, la pareja del Loco, su media-naranja sin duda alguna. Hay gente que parece vivir mirando a una cámara constantemente, como dentro de una película... El Loco y ella son de ese grupo. Al menos aquí tenían coartada.
Técnicamente el documental no es ninguna maravilla. Las localizaciones de las entrevistas son generalmente pobres, y el diseño gráfico es lamentable, cutrísimo. Aún así, ganó el festival In-Edit Beefeater 2008. Cosas de la industria musical española.
El documental encantará a los superfans de Loquillo en todas sus facetas (rockero, crooner, poeta urbano... cada vez que oigo este término me acuerdo de Rafael Dellaghetto) y también a sus detractores, que verán reafirmadas todas sus reticencias hacia un personaje que pasará a la Historia del Rock Español como uno de los más grandes. Así nos va.
La segunda mitad del documental es una reivindicación constante a su conversión en crooner-poeta, "lo mejor de mi carrera" en sus propias palabras. La aparición clave de Gabriel Sopena como "nuevo" Méndez, la mente que pone música y letra al personaje. Las colaboraciones con el productor Jaime Stinus, con Calamaro (cada vez que le veo pienso en qué malas son las drogas para el cerebro, joder)... La incoporación de músicos como Igor Paskual de Babylon Chat (otro que si tuviese tanto talento a la guitarra como chulería, estaríamos ante otro Jimi Hendrix)... Mención especial a Susana Koska, la pareja del Loco, su media-naranja sin duda alguna. Hay gente que parece vivir mirando a una cámara constantemente, como dentro de una película... El Loco y ella son de ese grupo. Al menos aquí tenían coartada.
Técnicamente el documental no es ninguna maravilla. Las localizaciones de las entrevistas son generalmente pobres, y el diseño gráfico es lamentable, cutrísimo. Aún así, ganó el festival In-Edit Beefeater 2008. Cosas de la industria musical española.
El documental encantará a los superfans de Loquillo en todas sus facetas (rockero, crooner, poeta urbano... cada vez que oigo este término me acuerdo de Rafael Dellaghetto) y también a sus detractores, que verán reafirmadas todas sus reticencias hacia un personaje que pasará a la Historia del Rock Español como uno de los más grandes. Así nos va.