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Voto de The Motorcycle Boy:
9
7,8
15.642
Drama
Charles Horman (John Shea), un joven e idealista periodista norteamericano, desaparece de su domicilio en Santiago de Chile tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet (11-9-1973). Su mujer (Sissy Spacek) y su padre (Jack Lemmon), que se traslada allí desde los Estados Unidos, intentan averiguar su paradero y vivirán una auténtica odisea recorriendo las instituciones diplomáticas norteamericanas y tropezando con infinitas trabas burocráticas. (FILMAFFINITY) [+]
5 de marzo de 2009
124 de 139 usuarios han encontrado esta crítica útil
Missing fue estrenada en 1982. Su director, Constantin Costa-Gavras, es uno de los realizadores más comprometidos en la actualidad por el alto grado de contenido social, político e histórico que irradian sus obras.
Éste film se sitúa en los días previos y posteriores al golpe de Estado producido en Chile en septiembre del 73. Un Chile liderado por el socialista y a la vez nacionalista, Salvador Allende. Un Allende que nunca fue visto con buenos ojos por sus vecinos del Norte debido a las dos tendencias a las que recurría su política.
Salvador Allende llegó al poder democráticamente al frente de UP en 1970. Desde el primer momento, éste gobierno fue visto con recelos desde Norteamérica, Nixon temió el famoso efecto dominó sobre América Latina. No era concebible que el socialismo se extendiera en plena Guerra Fría en la principal zona de influencia norteamericana. El objetivo que se fijó desde la política norteamericana respecto a esta situación era bastante claro: había que descabezar el movimiento fuese como fuese.
El principal motivo de la intervención americana en el país no fue otro que la nacionalización del cobre chileno. Esta maniobra del gobierno de Allende dañó los intereses de múltiples multinacionales yanquis, como la ITT, precisamente en un momento en el que el consumismo iba a irrumpir con más fuerza que nunca. Ésta medida contra el imperialismo americano, como no podía ser de otra manera, tuvo una contundente respuesta por parte de la política de Nixon.
En un primer momento, se impusieron diversas medidas políticas y económicas que llevaron al pueblo chileno a ser sometido a un estricto bloqueo económico. Sin embargo, dichas medidas resultaron insuficientes para acabar con la tarea de Salvador Allende.
Ante esta situación, la CIA y las empresas multinacionales con intereses en la zona se pusieron manos a la obra y volvieron hacer alarde de su desfachatez, instrumentalizando una seria de acciones que conllevaron al fatídico golpe militar de Viña del Mar, en un triste 11 de Septiembre de 1973.
El terror, la crueldad y la represión indiscriminada cogieron rostro humano en la figura de Pinochet, un títere más en la historia de los norteamericanos, quién se mantuvo en el poder desgraciadamente hasta finales del siglo pasado.
Éste film se sitúa en los días previos y posteriores al golpe de Estado producido en Chile en septiembre del 73. Un Chile liderado por el socialista y a la vez nacionalista, Salvador Allende. Un Allende que nunca fue visto con buenos ojos por sus vecinos del Norte debido a las dos tendencias a las que recurría su política.
Salvador Allende llegó al poder democráticamente al frente de UP en 1970. Desde el primer momento, éste gobierno fue visto con recelos desde Norteamérica, Nixon temió el famoso efecto dominó sobre América Latina. No era concebible que el socialismo se extendiera en plena Guerra Fría en la principal zona de influencia norteamericana. El objetivo que se fijó desde la política norteamericana respecto a esta situación era bastante claro: había que descabezar el movimiento fuese como fuese.
El principal motivo de la intervención americana en el país no fue otro que la nacionalización del cobre chileno. Esta maniobra del gobierno de Allende dañó los intereses de múltiples multinacionales yanquis, como la ITT, precisamente en un momento en el que el consumismo iba a irrumpir con más fuerza que nunca. Ésta medida contra el imperialismo americano, como no podía ser de otra manera, tuvo una contundente respuesta por parte de la política de Nixon.
En un primer momento, se impusieron diversas medidas políticas y económicas que llevaron al pueblo chileno a ser sometido a un estricto bloqueo económico. Sin embargo, dichas medidas resultaron insuficientes para acabar con la tarea de Salvador Allende.
Ante esta situación, la CIA y las empresas multinacionales con intereses en la zona se pusieron manos a la obra y volvieron hacer alarde de su desfachatez, instrumentalizando una seria de acciones que conllevaron al fatídico golpe militar de Viña del Mar, en un triste 11 de Septiembre de 1973.
El terror, la crueldad y la represión indiscriminada cogieron rostro humano en la figura de Pinochet, un títere más en la historia de los norteamericanos, quién se mantuvo en el poder desgraciadamente hasta finales del siglo pasado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Éste contexto tan cruel y atroz en el que Chile vivió es reflejado por Gavras a través de Charles Horman. Horman es un joven norteamericano. Un idealista que recoge los frutos del cambio generacional producido en los Estados Unidos. Junto a él, sus amigos y su novia deciden emprender un nuevo rumbo en el Chile de Allende, donde el socialismo con rostro humano parecía florecer de una vez por todas.
Sin embargo, sus días en Chile se truncan en pesadilla cuando el estado de sitio azota al país. Su desaparición provoca la llegada de su padre, Ed Horman, quién trata de averiguar el paradero de su hijo.
A través de ésta amarga búsqueda, Costa-Gavras nos retrata los entresijos y los oscuros juegos impuestos por los intereses estadounidenses en Chile. La mentira y ausencia de la verdad en la diplomacia norteamericana. El coste humano causado por la cínica conducta del capitalismo empresarial. La matanza descorazonada de miles de jóvenes a los que la soledad, la impotencia y el dolor les acecharon en el Estadio Nacional de Santiago de Chile durante esos fatídicos días que rodearon al 11 de Septiembre de 1973.
Pero no menos importante que lo citado arriba es como retrata esa diferencia generacional que existe entre el padre y la novia de Charles. En un principio el padre no entiende la causa defendida por ellos. No entiende ese idealismo al que invocan. Pero conforme avanza el transcurso de la película, todo ello da un vuelco y el padre empieza a adoptar conciencia de la gravedad de lo realmente ocurrido.
Quizás esa concienciación de la situación que va adquiriendo a lo largo de la película Ed Horman, sirva para explicar el llamamiento al cambio generacional en la década de los 70 por parte del pueblo americano, cansado ya del juego sucio y las artimañas utilizadas por parte del presidente Nixon.
Quizás ello explique la búsqueda de una solución más coherente y sensata, que recordara un poco a la frustrada política de J.F. Kennedy, en la figura de Jimmy Carter.
No obstante, ésta apuesta por el juego limpio no ha durado en exceso. Ya en los 80, el Imperio volvió a caer en manos equivocadas. Desde Reagan hasta los Bush, el neoliberalismo y los negocios petrolíferos no han dado cabida a los conceptos de solidaridad, justicia e igualdad social. Más bien todo lo contrario. La pobreza, las desigualdades sociales, la crueldad y las injusticias se expanden alrededor nuestro en los días que nos acontecen. Sería buen momento para invocar a la concienciación retratada por Costa-Gavras en éste film. Recapitular y ver la cantidad de numerosos atropellos a la humanidad que se han producido en los últimos años. Es un buen momento para marcar un punto de inflexión y dotar de un mínimo de sentido común al futuro transcurso político, histórico y social de los días que nos vienen.
Sin embargo, sus días en Chile se truncan en pesadilla cuando el estado de sitio azota al país. Su desaparición provoca la llegada de su padre, Ed Horman, quién trata de averiguar el paradero de su hijo.
A través de ésta amarga búsqueda, Costa-Gavras nos retrata los entresijos y los oscuros juegos impuestos por los intereses estadounidenses en Chile. La mentira y ausencia de la verdad en la diplomacia norteamericana. El coste humano causado por la cínica conducta del capitalismo empresarial. La matanza descorazonada de miles de jóvenes a los que la soledad, la impotencia y el dolor les acecharon en el Estadio Nacional de Santiago de Chile durante esos fatídicos días que rodearon al 11 de Septiembre de 1973.
Pero no menos importante que lo citado arriba es como retrata esa diferencia generacional que existe entre el padre y la novia de Charles. En un principio el padre no entiende la causa defendida por ellos. No entiende ese idealismo al que invocan. Pero conforme avanza el transcurso de la película, todo ello da un vuelco y el padre empieza a adoptar conciencia de la gravedad de lo realmente ocurrido.
Quizás esa concienciación de la situación que va adquiriendo a lo largo de la película Ed Horman, sirva para explicar el llamamiento al cambio generacional en la década de los 70 por parte del pueblo americano, cansado ya del juego sucio y las artimañas utilizadas por parte del presidente Nixon.
Quizás ello explique la búsqueda de una solución más coherente y sensata, que recordara un poco a la frustrada política de J.F. Kennedy, en la figura de Jimmy Carter.
No obstante, ésta apuesta por el juego limpio no ha durado en exceso. Ya en los 80, el Imperio volvió a caer en manos equivocadas. Desde Reagan hasta los Bush, el neoliberalismo y los negocios petrolíferos no han dado cabida a los conceptos de solidaridad, justicia e igualdad social. Más bien todo lo contrario. La pobreza, las desigualdades sociales, la crueldad y las injusticias se expanden alrededor nuestro en los días que nos acontecen. Sería buen momento para invocar a la concienciación retratada por Costa-Gavras en éste film. Recapitular y ver la cantidad de numerosos atropellos a la humanidad que se han producido en los últimos años. Es un buen momento para marcar un punto de inflexión y dotar de un mínimo de sentido común al futuro transcurso político, histórico y social de los días que nos vienen.