William A Levey filma una adaptación negroide de un clásico del terror, esta vez se trata de Frankenstein, también se rodaron adaptaciones de otros de nuestros amigos los monstruos como Drácula (Blacula) o Dr. Jekyll y Mr. Hyde (Dr. Black y Mr. Hyde).

Aguantar esta película se convierte en una odisea donde el único premio es verle las tetas a la protagonista, aunque esta no sea muy agraciada físicamente. La pobre además debe sufrir la humedad extrema que tiene la mansión del Dr. que provoca que su cabello pase de rizo a ondulado de una escena a otra.


Terrible critica a la guerra de Vietnam y los monstruos que esta creó, donde el hombre negro se levantan contra el tío Sam para desmembrarlo y comerse sus vísceras sin salsa barbacoa ni nada.

No puedo ni salvar la música que es de lo poco salvable en la mayoría de películas de este genero, que aquí abandona los territorios del soul y del funk por sonidos típicos de las películas de terror clásicas.