Esta película merecería diez estrellas en un ranking de películas con mayor numero de gilipollas por fotograma y el director merece una semana en proyecto hombre, ya que creer que Elijah Wood puede parecer un hooligan no puede ser debido a otra cosa que a una adicción brutal a las drogas. Por lo demás todo mi desprecio a esos descerebrados que se dedican a zurrarse con la afición rival y encima el director quiere que pensemos que es un acto heroico lleno de camadareria, valor e incluso sano, ya que darte de ostias ejercita los músculos y tus neuronas además agradecerán ser pateadas. La gente a la que le sienta tan mal el alcohol debería beber cerveza sin alcohol, aunque mejor que se zurren entre ellos a ver si van quedando menos y dejan de joder a las personas que vamos al fútbol a cagarnos en la madre del árbitros, jugadores rivales e incluso en los de nuestro equipo. Mirad la agresividad que provoca esta película...digo el fútbol.