Producción de suspense de claro corte televisivo creada por y para el lucimiento de su interprete protagonista Marlee Matlin, encarnando a una chica que tendrá sin saberlo la clave de un caso que tiene contra las cuerdas a ciertos policías corruptos.

El argumento sigue un esquema lineal y fácil de seguir, sin grandes complicaciones con el que el director explota al máximo el gancho comercial de la intérprete protagonista.

Peca de ser simplista, haciendo que el suspense decaiga en muchos momentos, haciendo que pierda el gancho inicial de la trama. Todo resulta evidente y previsible. El director rellena las numerosas carencias del relato, con una relación amorosa, empalagosa y reiterativa.

Una obra menor que cuenta con la presencia de Marlee Matlin, en un papel creado y pensado para ella, acompañada por un discreto Martin Sheen, en un trabajo correcto al tiempo que prescindible.

Una película de suspense ligero, de fácil seguimiento que servirá para rellenar la programación televisiva de las tardes del fin de semana. Una película plagada de sombras artísticas, totalmente prescindible.