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España España · Estepona
Voto de Juan Diego:
8
Drama París, 1968. Isabelle (Eva Green) y su hermano Theo (Louis Garrel), solos en la ciudad mientras sus padres están de viaje, invitan a su apartamento a Matthew (Michael Pitt), un joven estudiante americano, al que han conocido en un cine. Una vez en casa, establecen unas reglas para conocerse mutuamente, explorando emociones y erotismo a través de una serie de juegos extremadamente arriesgados. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2012
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta el cine de Bertolucci. Creo que bajo la sempiterna provocación de sus películas subyacen unas ansias de vida enormes, su cine nos incita al deseo de trascender el vouyeurismo al que todo espectador está ligado para dejar de serlo y vivir las vivencias de sus personajes, a veces rodeados de las peores circunstancias, como en “Novecento”, pero siempre llenos de vida. Esto es lo que hace especial a Bertolucci, la vida que su cine nos insufla en grandes cantidades, y es que cuando uno de sus personajes abraza, nosotros abrazamos con él.

En absoluto considero a “Soñadores” como una película sobre mayo del 68. Considero que en esta ocasión este mayo del 68 solo es un contexto, una excusa para poder entender el proceder de los personajes, su rebeldía, sus ansias de discordancia, sus ganas de estallar y la natural concupiscencia del despertar sexual que unida a un movimiento emergente y de carácter insurreccional multiplican de manera considerable el resultado de sus actos. “Soñadores” es una película sobre la amistad, el amor por el cine y el despertar sexual.

Si “Soñadores” es provocativa, no lo es, en mi opinión, gracias a las escenas de sexo explícito, estas escenas no me provocan, las acepto con naturalidad; en cambio, lo que sí me provoca, lo que no soporto, lo que me azota y me desgarra es la impersonalidad de los dos hermanos, que viven permanentemente uno al lado del otro y son incapaces de vivir separados. Esta carencia de personalidad, esta pusilanimidad frente a la vida es la que los arrastra a la masa informe del comunismo, donde la voluntad personal queda subyugada por la voluntad común del partido.

Se sabe que Bertolucci es un director detallista (y en esta ocasión no iba a serlo menos), que además ha heredado de su antigua faceta como poeta y de su colaboración con Pasolini el sentido del color y la musicalidad, y es que todo en sus películas, hasta el detalle más nimio, está ahí por algo, como pasa con los objetos; tenemos la sensación de que ningún objeto es solo algo inerte y decorativo, estos objetos están revestidos de una elocuencia sugestiva, como el Delacroix con la cabeza de Marylin Monroe avisándonos de que ese pasillo nos ha transportado desde el mundo frío, sobrio y estirado de los padres al cálido, cinéfilo, lascivo y díscolo mundo de Theo e Isabelle.

Esta película aunque es un regalo para todos los cinéfilos no alcanza las cumbres cinematográficas que han alcanzado otros films de Bertolucci debido a su temática sexual casi monopolizadora y a que en lugar de crear escenas legendarias se encarga de recordarlas y retratarlas, como aquella de “A band apart” en el museo del louvre. Tengo la sensación de que este film jamás podrá ser un clásico puesto que al rendir homenaje la mayor parte del tiempo a otras películas deja de mirarse a sí misma y solo aquellas películas que se tengan a sí mismas como referencia más directa se convertirán en obras de arte inmortales. Notable película para cinéfilos de pro.
Juan Diego
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