La primera reacción que pueda llevar a uno a desear ver la película es, seguramente, su nutrido y destacado reparto, donde la profesionalidad del mismo es innegable. No únicamente está su maravilloso reparto, pues su realizador es uno de los mejores que nos ha dado el cine y contamos, además con Jerry Goldsmith como compositor.

Además de todo esto, estamos ante una cinta que abarca una trama de lo más interesante, donde un general con sentimientos patrióticos muy profundos, descontento con un tratado de paz y de desarme llevado a cabo por el presidente de USA y por la Unión Soviética, planea llevar a cabo un golpe de estado.

Lo mejor de la película, es su impecable ritmo, pues mantiene un pulso narrativo donde la intensidad, el interés y el magnetismo van cogidos de la mano. Como ya indica el título, la historia acontece en siete días donde son mostrados gracias a un reloj. Este aspecto abre toda una carrera contrarreloj en la que el personaje de Kirk Douglas y el resto de la administración que apoya al presidente de los USA, deben iniciar una investigación para descubrir la verdad y para desenmascarar al traidor.

Lo mejor de la película es su intenso ritmo, pues no decae ni un solo segundo, consiguiendo que el espectador quede totalmente atrapado e interesado por ver cómo se va desenvolviendo su trama hasta su implacable final.

No estamos, entonces, ante una película que cuente únicamente con un destacado y elogiable equipo de artistas, sino que estamos además ante un brillante e intenso thriller que te deja pegado al asiento durante todo su metraje.